Los días 20 y 21 de septiembre se reúne en Iruñea una organización europea, cada día más poderosa, que apuesta por el cierre de fronteras y la criminalización de las migraciones, y que supone una de las mayores amenazas para las personas que tratan de migrar a Europa. Al leer esta primera frase, quizás algunas personas se hayan imaginado un acto de algún partido de extrema derecha o movimiento xenófobo y racista. Sin embargo, en esta reunión no habrá banderas o simbología expresamente racista, sino impecables enseñas de la Unión Europea (UE) y correctísimo personal funcionario y político europeo. Porque se trata de la reunión del Consejo de Dirección de Frontex, la agencia fronteriza de la UE.

Frontex es una de las agencias más poderosas de la UE. Según datos de la campaña abolishfrontex.org, desde el año 2005 ha incrementado más de un 7.560% su presupuesto, llegando a 5.600 millones de euros para el periodo 2021-2027 y contemplando entre sus objetivos el reclutamiento de 10.000 guardias fronterizos para el año 2027. Los lobbys de la venta de armas, la seguridad y la vigilancia a buen seguro que estarán atentos a las necesidades presentes y futuras de barcos, helicópteros, drones y armamento de esta agencia.

Frontex realiza operaciones de control fronterizo en el Mediterráneo y en los países de los Balcanes. Asimismo, aporta asesoramiento y apoyo humano y material a los países miembro de la Unión Europea para el fortalecimiento de sus fronteras. El propio desarrollo de su misión, y su cada vez mayor relevancia dentro de la UE, transmite a la sociedad un mensaje criminalizador respecto a las migraciones. Así, las migraciones no son mostradas como una cuestión de derechos humanos sino como una amenaza que debe ser controlada a través de vigilancia, muros, concertinas e incluso violencia física y armada.

Frontex es una de las mayores amenazas para las personas que tratan de migrar a Europa. Según la ya referida campaña abolishfrontesh.org, 40.555 personas han muerto desde el año 1993 por las políticas militarizadas de la UE, que generan un enorme cementerio abierto en torno a la fortaleza Europa. Frontex es un puntal fundamental de esas políticas: favorece que las personas deban migrar en condiciones de grave riesgo para su seguridad y se inhibe de su rescate, ejerce violencia contra las personas migrantes en las fronteras, participa en ilegales devoluciones a países que no garantizan los derechos humanos, financia a esos países con tal de que ejerzan como polis malos, etcétera. De hecho, la acreditación del papel de Frontex en devoluciones en caliente y en el abandono de personas migrantes en el mar, llevaron a la dimisión de su anterior director. Además, tampoco debemos olvidar cómo en las fronteras internas de la UE cada vez son más las trabas para el libre tránsito de personas, pese a los acuerdos del espacio Schengen. Una política de control migratorio y presión policial que en las mugas impuestas a Euskal Herria ha causado la muerte de 9 personas en su intento de llegar al norte de Europa.

El catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas publicó un artículo titulado Ante los inmigrantes: Estado de Derecho o estado de excepción. Frente a esta disyuntiva, la Unión Europea y el Estado español eligen la segunda opción. Las políticas de fronteras, pero también las utilizadas para gestionar las migraciones como la Ley de Extranjería, apuestan por una clara excepcionalidad en la que se puede considerar “ilegal” a una persona residente en nuestro territorio, instaurar cárceles encubiertas para personas que no han cometido más delito que el querer migrar para progresar o para sobrevivir (los CIEs), devolver a personas migrantes a países en los que no se garantiza un trato respetuoso con los derechos humanos, u obviar el interés superior del menor cuando se trata de menores migrantes.

Por todas las razones referidas, la reunión de Frontex no debería ser bienvenida a nuestra tierra. Debemos aprovechar para denunciar el racismo y la necropolítica de esta agencia europea, así como para mostrar las alternativas a la misma. Desde EH Bildu nos hemos posicionado en numerosas ocasiones por la creación de corredores y vías seguras para todas las personas migrantes; por el refuerzo del sistema de asilo, refugio y acogida; por el fin de las devoluciones en caliente; por la derogación de la Ley de Extranjería; o por la regularización urgente de las personas migrantes en situación irregular. Somos conscientes de que muchas de las competencias en políticas migratorias quedaron en manos del Estado, por lo que queremos acabar este artículo reivindicando soberanía y competencias para garantizar todos los derechos a todas las personas y para que las políticas migratorias de nuestro pueblo no queden en manos de un ministerio y un ministro responsable de múltiples vulneraciones de derechos y de sus trágicas consecuencias en la frontera sur.

Los autores son: parlamentario en el Parlamento de Navarra por EH Bildu, y secretario de Diversidad Cultural de EH Bildu, respectivamente