Desde la Apyma del CP J. Lizarraga vemos con mucha preocupación las palabras de la alcaldesa, Xuriñe Peñas, al considerar discriminatorias hacia los no vascoparlantes las actividades infantiles en euskara programadas las pasadas Navidades.

Nosotros queremos que nuestros hijos e hijas aprendan y hablen euskara, por eso los hemos matriculado en el modelo D, y todos los años, y cada vez con más énfasis, nos recalcan desde la escuela la importancia del ocio en euskara para nuestros hijos e hijas.

El euskara es una lengua minorizada, vulnerable (así lo recoge la UNESCO en su último informe sobre las lenguas en peligro de extinción), y ante la presencia hegemónica del castellano en todos los ámbitos, necesita de medidas de protección y desarrollo para su normalización. De ahí vienen las leyes y ordenanzas (europeas y locales) de cara a valorar, proteger e impulsar el uso de las lenguas minorizadas.

En lo que nos ocupa, la ordenanza municipal del Euskara del Valle de Egüés lo recoge así:

Artículo 1.º El objeto de la presente ordenanza es el fomento y normalización del uso del euskera en todos los ámbitos de competencia de este Ayuntamiento.

Artículo 26.º (...) En cumplimiento de los objetivos marcados por esta Ordenanza, el Ayuntamiento velará también por fomentar la presencia del euskera en todas las actividades sociales desarrolladas.

Artículo 27.º En cumplimiento de los objetivos marcados por esta Ordenanza, se promoverá la organización de actividades culturales y de promoción del euskera y del mismo modo (...).

Con lo cual, está claro que la labor del Ayuntamiento debe ser la de promover y fomentar el uso del euskara.

Por todo ello nos preguntamos, ¿es promover las actividades en euskara ofrecerlas en menor medida, en un espacio de menor aforo y con un coste económico muchísimo mayor para los asistentes?

En este contexto, nos parece completamente distorsionado el uso del término “discriminatorio” que utiliza la alcaldesa, porque quiere obviar que la población euskaldun del valle de Egués es un colectivo vulnerable, y que si de algún tipo de discriminación tendríamos que hablar, tendría que ser de la positiva, pero hacia el euskara, porque no vive en las mismas condiciones que el castellano. Y aunque de discriminación positiva se tratara (que no es el caso), nunca tendríamos que calificarlo de discriminatorio. Sin ánimo de equiparar ni comparar a ningún colectivo vulnerable o socialmente desfavorecido, pero sí para puntualizar sobre el término discriminatorio, es como si considerásemos discriminatorio hacia las personas no minusválidas el uso de los estacionamientos reservados para ellas. Lo explica muy bien el profesor de Sociología Iñaki Martinez de Luna en su artículo Sobre la igualdad lingüística (Deia, 31-10-2010).

Desde la Apyma del CP J. Lizarraga queremos que el Ayuntamiento promueva y fomente el uso del euskara entre nuestros txikis porque compartimos el sentir del bertsolari Jon Maia: queremos que el euskara sea una oportunidad, un puente, un elemento cohesionador, de todas y todos (hasta de los que no lo hablan), pero nunca discriminatorio.

En nombre de la Junta y de la Comisión de Euskara de la Apyma del Colegio público J. Lizarraga