La segunda temporada de Feud nos ofrece un excelente biopic sobre Truman Capote referido a la última etapa de su biografía. Esta ha sido llevada antes a la pantalla con éxito, pero la particularidad de éste es centrarse en los aspectos más escandalosos e hirientes del autor de A sangre fría. Después del éxito de esta novela, en que Capote consagró un género nuevo, la obra de no ficción basada en sucesos reales, aquel prometió una obra definitiva, grandiosa a la manera de Proust y todo el mundo la esperó en vano. Pero sí hubo secuelas de su promesa que causaron escándalo, rupturas y ostracismo a su autor. Plegarias atendidas es el título de una sentencia de nuestra santa Teresa de Jesús: “Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas”. He buscado la cita en los escritos de la santa, digamos su nombre completo y laico, Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, bastante revelador. La cita no la he encontrado en sus obras, pero es bastante teresiana e ilustra el gusto que la escritora sintió por la paradoja.

El autor, en su otoño literario, se hizo un hueco en un grupo de amigas esposas de magnates y multimillonarios con las que actuó de confidente, consejero, consolador y alcahuete. Los episodios de la serie nos muestran a este bufón sarcástico e inagotable en el arte de narrar, desde la cima de la gloria hasta la ruina y el desastre moral y físico de quien supo romper el hielo del tedio de los ricos y sentarse pletórico a su mesa como invitado de honor. A partir de la publicación en la Revista Esquire de las primicias de su ópera magna el desplome es feroz, el cierre de todos los círculos de sus adoradas cisnes donde antes había reinado le conduce a la ruina alcohólica y a los abismos de la depresión tratada con fármacos legales e ilegales. Capote, que había escrito que a quien Dios le da un don le da asimismo un flagelo para que se azote, experimenta en propia carne el odio y el ostracismo de sus amadas y amigas tras publicar unos capítulos de Plegarias atendidas donde se retratan todas sus infidelidades, zancadillas, escándalos. Cuando el bufón se sienta a la mesa de los poderosos se espera que éste nunca deje de adularlos: soy escritor y me sirvo de todo. ¿Es que esa gente se pensaba que me tenían para entretenerles?, declara Capote.

Pero en esa bajada a los círculos del infierno hay un ángel en el penúltimo episodio. Es el escritor racial James Baldwin, un exiliado en Francia que intenta redimirle del alcohol, y que lo consigue temporalmente. Esta aparición fulgurante, rompedora, impregna la serie de energía y esperanza. Con su disertación sobre los cisnes y sus especies, ese animal tan bello como cruel, Baldwin ilumina a este Truman que ya solo busca el consuelo de la compañía y el sexo masculinos. Con una interpretación notable y una ambientación exigente la serie relata las últimas etapas de un escritor que conquistó la fama y se atrevió a revelar la vida secreta de los poderosos en el oficio antiguo y peligroso, el de bufón.

El autor es escritor