Nuestro hijo Iñaki, 14 años, nada. Le costó 6 años y mucho esfuerzo aprender a hacerlo solo. Iñaki nació con una parálisis en su brazo derecho. Desde los 8 entrena y compite con otros niños de su edad, con y sin discapacidad. Es imposible resumir en unas líneas todo lo vivido en este tiempo, pero les diremos que debe de ser difícil sentirse más orgulloso del esfuerzo y de los logros de un hijo. 

El pasado fin de semana se celebró en las piscinas de Anaitasuna la jornada final de los Juegos Deportivos de Navarra de Natación. Iñaki acudió, como lo ha hecho durante estos últimos seis años, unas seis o siete veces por curso. En la primera prueba en la que participó, 50 metros braza, fue descalificado por no tocar la pared con las dos manos a la vez al hacer el giro. Para Iñaki hacer eso es prácticamente imposible a no ser que se pare antes de hacer el giro. Antes chocaría su cabeza con la pared que tocar con el brazo afectado. Al finalizar la prueba, la delegada del club al que pertenece Iñaki formuló reclamación verbal ante la mesa, a la que el director técnico de la competición, Don Pedro Úriz, trabajador de la Federación Navarra de Natación, contestó que se iba a aplicar el reglamento estricto de la competición, y que si no estaba de acuerdo ya tenía competiciones para discapacitados a las que apuntarse.

Llegó la segunda prueba para Iñaki, 100 metros estilos, en la que fue de nuevo descalificado por no tocar con las dos manos al mismo tiempo en el viraje de mariposa. De los 291 nadadores inscritos, había, que sepamos, 1 con discapacidad. La única adaptación que necesitaba era utilizar el sentido común como tantas y tantas otras veces se había hecho anteriormente. Lo sabían y aún así lo descalificaron.

Me consta que esto ha sucedido en otras ocasiones con otros nadadores con casos incluso más flagrantes como, por ejemplo, la descalificación de una deportista con un solo brazo por no tocar con los dos a la vez. No es lo habitual, pero parece ser que depende de quién esté al mando de la mesa de jueces.

Sr. Don Pedro Úriz, Iñaki acude a todas las competiciones de natación adaptada en Navarra. Le invito a Ud. y a todo el mundo a acudir a alguna de ellas y ver el ambiente tan sano y festivo que se respira, donde quien llega el último, que suele ser quien tiene más dificultades, recibe la ovación más grande. Desgraciadamente se hacen tan solo un par de ellas al año en Navarra, insuficientes para mantener la motivación de niños y adolescentes para entrenar todo el año en un deporte tan duro, y más con dificultades añadidas.

Srs. responsables de la Federación Navarra de Natación, del Instituto Navarro del Deporte, y en general cargos técnicos y políticos responsables de gestionar el dinero público con el que se organizan estas actividades, por favor, investiguen qué está pasando y asegúrense de que no vuelva a suceder. Analicen cómo se está ayudando o dificultando la inclusión en la natación (¿y en otros deportes?) en Navarra. No permitan que se tire por tierra el trabajo y la ilusión de estos niños. Hagamos un esfuerzo entre todos por alcanzar una sociedad más justa, más humana e inclusiva, en la que los inadaptados no sean las personas que necesitan adaptaciones y no las tienen, sino quienes se las niegan.