El 6 de agosto Martes al Sol cumpliremos doce años de existencia. Nacimos aunando las actividades de la Asamblea de Personas en Paro, las PAHs y el Colectivo por una Renta Básica, a las que pronto se sumó la lucha contra el Racismo, tratando de hacer frente en común a la avalancha de medidas antisociales que se tomaban para “salir de la crisis”, que no hacían sino descargarla sobre las capas sociales más desfavorecidas.
Desde entonces celebramos una concentración-asamblea todos los primeros martes de mes e impulsamos diversos actos de protesta contra la pobreza energética, los desahucios y el problema de la vivienda, la catástrofe asesina del Rana Plaza en Bangladesh, etcétera.
Martes al Sol fue variando, convirtiéndose en un altavoz (limitado) de los grupos sociales y sus actuaciones que trata de contestar los principales desajustes sociales, invitando a participar a los organismos que durante ese mes plantean alguna actividad, manteniendo el micrófono abierto a todas las iniciativas que quieran utilizarlo.
El tratar de reunir y aunar esas actividades sociales variadas y dispersas nos lleva a ver que en todas ellas existe un sustrato común: el criminal endurecimiento de las políticas migratorias, el incremento de los gastos militares y del belicismo, la costosísima apuesta por el TAV y otros megaproyectos…, y, en general, el empeño en mantener un desarrollismo sin norte, no es ajeno a los problemas en la vivienda, la alimentación o la sanidad y la educación.
Siempre el desarrollismo ha dejado fuera a una mayoría de la población mundial y, en su actual etapa terminal de agotamiento de recursos y de multiplicación de problemas ecológicos, el empobrecimiento y la exclusión se adentra en numerosas capas de nuestra sociedad. Un desarrollo cuyo objetivo es el incremento del beneficio privado que ha perdido su relación con la satisfacción de necesidades básicas, mientras busca la acumulación mediante el incremento de la movilidad y los gastos superfluos.
Ese horizonte de agotamiento de nuestro sistema económico y modelo social, los preocupantes desajustes naturales y sociales que provoca, nos obliga a todos los movimientos sociales a dotar a nuestras actividades de una orientación común de freno al actual crecimiento en lo material y de muchos mayores niveles de reparto de la riqueza e igualdad.
Frente al individualismo y la no-sociedad a que nos aboca el consumismo, la opción por la sobriedad, lejos de llevarnos a una sociedad gris, ha de ser gratificante, liberadora de tiempo de vida para la realización individual y para nuestra contribución, mediante la relación y el compartir, a la construcción de un común, alejado de las guerras, y toda forma de imposición y de injusticia.
Por todo ello, pensamos que sigue teniendo sentido reunirnos mensualmente a pie de calle, haciendo de ésta un espacio de participación y de expresión, para compartir experiencias e impulsar peleas con la intención de encarar de la mejor de las maneras el complicado escenario que vivimos a nivel social, ecológico y económico.
Necesitamos ser muchas más para aumentar nuestra capacidad transformadora, así que te esperamos el próximo seis de agosto, a las 19 horas, en Carlos III, frente a Diputación.
Firman esta carta: Akina de la Cruz y Abel Sanz, integrantes de Martes al Sol