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Envejecimiento activo para vivir más años con salud

Envejecimiento activo para vivir más años con saludARCHIVO

El pasado martes 1 de octubre celebramos el Día Mundial de las personas de edad.

Los cambios biomédicos y tecnológicos, junto con la extensión de la educación, los hábitos saludables y los sistemas de protección (pensiones, atención socio-sanitaria, etc.) han permitido un aumento notable de la esperanza de vida, que es el número de años que se espera que viva una persona. Cada vez más personas vivimos más años. Esto es una gran noticia.

No obstante, este mismo hecho supone un enorme desafío para el individuo que envejece, para su familia, y para la sociedad.

Los sistemas sanitarios y sociales deben reflexionar sobre cómo dar respuesta a las necesidades crecientes de la población, a medida que envejece.

Para afrontar este incremento en longevidad y cambio demográfico tenemos que promocionar un envejecimiento saludable, que prevenga la enfermedad y que reduzca la duración de la discapacidad, si ésta ha de darse.

Hoy día sabemos que el envejecimiento saludable es resultado de un envejecimiento activo, que permitirá a la persona vivir con autonomía más años.

En este sentido, envejecer activamente se relaciona con un mejor bienestar y una mayor calidad de vida, y poder vivir y disfrutar de nuestra independencia a medida que nos hacemos mayores, nos hace más felices.

Por el contrario, la dependencia se relaciona con menor autoestima, peor salud subjetiva, menos bienestar percibido, relaciones sociales y actividades de ocio, y más depresión o incluso mortalidad prematura.

Por tanto, el objetivo a potenciar ahora en relación con las personas de edad es “añadir vida a los años”, una vez que ya hemos logrado “añadir años a la vida”, y que la etapa vital de la vejez se perciba como una etapa llena de oportunidades de disfrutar y seguir aprendiendo, a pesar de las pérdidas y los cambios.

No es una visión simplista donde se niegue la aparición de déficits y dificultades con la vejez, sino que trata de balancear éstas con otras características no tan negativas.

¿Y qué aspectos clave contribuyen al envejecimiento activo? ¡Qué podemos hacer todos y todas para envejecer del modo más autónomo posible?

En primer lugar, cuidar nuestra salud física. Para ello, es clave realizar ejercicio físico, cuidar la nutrición, no consumir alcohol (o si lo hacemos, no en exceso), y no fumar.

A continuación, es muy importante mantener un buen funcionamiento cognitivo. Con esto nos referimos a que las personas de todas las edades debemos estar activos mentalmente, mediante la realización de actividades que exijan aprendizaje, reflexión y análisis, como la lectura, los pasatiempos, los juegos de memoria, etc.

También son centrales las emociones. Las emociones positivas (pensamientos y actitudes positivas) se asocian con la longevidad y la vida saludable. Son además un factor protector de la salud física y mental a lo largo del ciclo vital, especialmente en la vejez. Tratar de mantener una autoestima adecuada y un nivel emocional positivo son muy importantes.

Y, en cuarto lugar, pero no por ello menos importante, la persona ha de mantener una participación y compromiso social. Es clave sentirse miembro de la sociedad, desde el nivel más cercano (como el familiar), a otros como amistades, participación asociativa, etcétera.

Todos estos aspectos no son solamente importantes cuando somos personas mayores, sino en todo momento, porque envejecemos todos los días, no solamente a partir de cumplir 65, 70 o 75 años. Y muy importante, por si algún lector o lectora se desanima… nunca es tarde para comenzar a modificar nuestros hábitos y seguir estas medidas, porque se ha demostrado que se pueden lograr mejorías, incluso en edades avanzadas.

Recuerden que merecen la pena. Pónganlo a prueba y luego me darán la razón.

El autor es jefe de Área de Recursos Intermedios en Salud Mental del Servicio Navarro de Salud