10 preguntas de Erripagaña que necesitan respuesta

¿Por qué en estos últimos 25 años, desde que empezó a planificarse, nadie ha previsto cómo dar servicio a los miles de habitantes del barrio?

¿Por qué a día de hoy, cuando somos más de 10.000 vecinos, no hay ninguna parcela dotacional en uso?

¿Por qué una urbanización como Ardoi, con una tercera parte de viviendas, tiene un centro de salud en marcha desde hace casi dos años y nosotros aún tenemos que esperar tres años más?

¿Por qué un barrio como Mendillorri, con menos población, cuenta con cuatro colegios públicos y aquí no va a haber ninguno?

¿Por qué Pamplona se gasta 300.000 euros en diseñar un Civivox cuando su construcción no está asegurada?

¿Por qué Burlada presupuesta 300.000 euros para mejorar las pistas y no los gasta? ¿Por qué promete instalaciones deportivas y no las inicia?

¿Por qué Egüés presupuesta 100.000 euros en su parcela dotacional y no los ejecuta?

¿Por qué tras más de un año de conversaciones entre los cuatro ayuntamientos ni siquiera está en marcha el proceso participativo?

¿Por qué Gobierno de Navarra no entra a solucionar la dotación de servicios cuando la planificación es suya? ¿Por qué lo hizo en Mendillorri y aquí no?

¿Por qué nadie se sonroja ante estos ritmos y plazos, ante semejante despropósito?

En Erripagaña el tiempo pasa, las preguntas se acumulan, y el vecindario demanda respuestas claras. Y un respeto. En pleno siglo XXI, en un lugar de Europa, no es admisible que las respuestas siempre sean “estamos en ello” o “esperad un poco más”.

Erripagaña reclama ser un barrio como el resto de los barrios de Navarra, con el mismo nivel de servicios públicos y dotaciones, sin discriminación por cuestiones administrativas.

Los cuatro ayuntamientos y el Gobierno de Navarra deberían responder en un plazo propio de nuestro tiempo, sin dilaciones infinitas.