Carta de una docente de Grado Básico
Quizás muchas personas desconozcan los ciclos formativos de Grado Básico (una alternativa para el alumnado que por diferentes motivos no puede continuar sus estudios ordinarios en la ESO y que en la práctica es un híbrido entre la Formación Profesional y la Secundaria Obligatoria), pero lo triste es que parece que el Departamento de Educación tampoco sabe muy bien cómo funcionan y sus necesidades.
Soy docente desde hace varios cursos en uno de estos programas por elección propia. Sin embargo, la situación es cada vez peor. Creo que ha llegado la hora de decir alto y claro que la realidad es que estos ciclos funcionan gracias al trabajo de los y las docentes que día a día dan lo mejor de sí para intentar que estos chicos y chicas tengan la que en muchos casos es su última oportunidad educativa. Pero, lamentablemente, se llega un punto que con esto no basta.
Han sido varios los altos cargos del Departamento de Educación que repiten una y otra vez todo lo que cuidan y protegen a la Básica. Pues bien, a mí me gustaría que me concretaran qué es lo que hacen por ella. Os doy más contexto, en las instrucciones de inicio de curso, por ejemplo, se establece una ratio máxima de 12 alumnos y alumnas (14 con repetidores), este año hemos cerrado con 16 y me consta que esta es la normalidad en la mayoría de los centros. Creo que nos podemos imaginar cuál es la situación personal y académica en la que llega este alumnado, ¿verdad?. Muchos de ellos y ellas han recibido durante la mayor parte de su vida escolar apoyo en las asignaturas que más se les dificultan con profesorado especializado en Pedagogía Terapeútica, programas de docencia compartida, de aprendizaje del idioma, etcétera, que les dan en sus institutos de procedencia. La realidad es que todo ello desaparece desde el momento que entran en Grado Básico a pesar de que las dificultades del alumnado continúan, porque, evidentemente, estas por cambiar de centro educativo no van a dejar de existir.
Por supuesto que la situación en los institutos de Secundaria en Navarra es muy mejorable y daría para hablar mucho, pero también pienso que sus reivindicaciones son mucho más escuchadas y defendidas, entre otros por unos sindicatos a los que tampoco parece interesarles mucho el Grado Básico.
Continúo dando ejemplos concretos, en la ESO hay horas de refuerzo en asignaturas que se le dificulta especialmente al alumnado como lengua y matemáticas, en Grado Básico estas horas son cero y yo me pregunto: ¿es porque el alumnado de Básica no se presenta a las pruebas PISA y, por tanto, sus malos resultados no se contabilizan? ¿O porque ha dejado de importar realmente la preparación con la que titulen? Por cierto, desde la última reforma educativa, el alumnado que culmina Grado Básico también obtiene el título de la ESO, todo ello quitando horas semanales a los dos únicos módulos que tienen correspondencia con la ESO, ¿no tiene mucho sentido, verdad?.
He empezado mi argumento diciendo que el Grado Básico es un híbrido entre la FP y la ESO, creo que es injustificable que para el Departamento de Educación sólo pertenezcamos a la ESO en temas curriculares de algunos módulos e instrucciones de funcionamiento, pero para obtener recursos estamos en el ámbito de la Formación Profesional. Administrativamente pocas soluciones se ofrecen y los más perjudicados son el alumnado, que precisamente más ayuda necesita.
Concluyo diciendo que hasta ahora muchos chicos y chicas han tenido la suerte de contar con profesionales vocacionales que día a día intentamos suplir de la mejor forma que podemos estas deficiencias, pero hasta cuándo lo haremos es difícil de responder, porque con la ilusión no basta. Y, como último apunte, si eres padre o madre de un estudiante de Grado Básico, te invito a apoyar más al profesorado que imparte clases en este ciclo, ya que el trabajo que hacemos no es nada fácil.
La autora es docente interina en un ciclo de Grado Básico