En la última reunión del Consejo de Ministros antes del descanso estival, el Gobierno de España ha aprobado una medida esperada y profundamente justa: la ampliación del permiso por nacimiento y cuidados de 16 a 19 semanas, con la posibilidad de que dos de ellas puedan disfrutarse de manera flexible durante los primeros ocho años de vida del menor. Además, se duplican los permisos para las familias monoparentales, que pasan a disponer de 32 semanas, y se reconoce la exención de tributación de estas prestaciones. Desde UGT Navarra no podemos sino valorar muy positivamente este avance, tanto por lo que representa en términos de derechos como por el impulso que supone hacia una sociedad más igualitaria, más corresponsable y más humana.

Esta reforma no es una concesión, sino el cumplimiento de una exigencia: la de la Directiva europea 2019/1158, que España tenía la obligación de transponer antes del 2 de agosto de 2024. Pero también es mucho más que una formalidad legal. Es un reconocimiento al valor del tiempo, al derecho a cuidar y a ser cuidado, a la importancia de estar presente en los primeros años de vida de nuestros hijos e hijas, sin que ello suponga una penalización económica ni profesional.

Porque el cuidado no puede seguir siendo invisible, ni gratuito, ni desigual. Históricamente, ha recaído mayoritariamente sobre las mujeres, generando desigualdades profundas en el acceso al empleo, la promoción profesional, la estabilidad laboral y las pensiones. La corresponsabilidad no se proclama: se garantiza con políticas públicas que reconozcan que la vida no se limita al trabajo, y que el bienestar de las personas también se construye fuera del ámbito productivo.

En este sentido, la medida aprobada supone un paso firme hacia un modelo de conciliación más real y efectivo. La ampliación del permiso a 19 semanas, con dos de ellas flexibles y retribuidas al 100% por la Seguridad Social, da cumplimiento –al menos en parte– a una demanda sindical que llevamos años defendiendo: la de un permiso más largo (más acorde con la tradición de los países nórdicos y centroeuropeos), más equitativo y más adaptable a las distintas realidades familiares. El hecho de que estas semanas puedan disfrutarse hasta que el menor cumpla ocho años permite ajustar los cuidados a momentos clave de su desarrollo, más allá del primer año de vida.

Asimismo, la equiparación del permiso de las familias monoparentales a 32 semanas es un acto de justicia social. Estas familias, en su mayoría encabezadas por mujeres, afrontan solas el reto de la crianza, sin posibilidad de compartir los cuidados ni de transferir semanas de permiso. Reconocerles el doble de semanas no solo corrige una desigualdad estructural, sino que garantiza a esos menores el mismo tiempo de atención y vínculo que tendrían en una familia con dos progenitores.

Desde UGT Navarra consideramos que esta reforma debe ser solo el primer paso de una estrategia más ambiciosa en materia de cuidados. Celebramos que la prestación esté exenta de IRPF, algo que refuerza su carácter de derecho y no de privilegio. Pero seguimos exigiendo que se aborde, de una vez por todas, la retribución de las ocho semanas del permiso parental que siguen sin remuneración. El objetivo debe ser claro: 24 semanas retribuidas por hijo o hija, como recoge el acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar.

Estamos a una semana de los permisos de nacimiento comprometidos, pero aún faltan cuatro semanas de cuidados remunerados.

La entrada en vigor inmediata del decreto-ley garantiza que estos derechos se apliquen desde ya, aunque en el caso de las dos semanas flexibles por cuidados, solo podrán solicitarse a partir del 1 de enero de 2026. Es importante que esta medida sea convalidada por el Congreso de los Diputados para consolidar su vigencia, y hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas a no poner en riesgo un avance que beneficia a miles de familias en todo el país.

Navarra, que ha demostrado en muchas ocasiones su capacidad para liderar en políticas sociales, tiene ahora la oportunidad de acompañar esta reforma estatal con medidas complementarias: impulso de escuelas infantiles públicas y gratuitas, refuerzo de los servicios de atención domiciliaria, fomento de la flexibilidad laboral y el teletrabajo pactado, y campañas de sensibilización que promuevan la corresponsabilidad en el ámbito doméstico.

Además, desde UGT insistimos en la necesidad de ampliar derechos laborales remunerados y reforzar el sistema público de cuidados para atender a personas mayores, dependientes, con discapacidad… y no limitar el abordaje de los cuidados a los y las menores. Y por supuesto, evidenciamos que todavía existen muchos supuestos que no están previstos en la legislación laboral, así como las dificultades y obstáculos presentados por las empresas para el ejercicio de los ya existentes.

Apostar por los cuidados no es una carga, es una inversión. Una inversión en bienestar, en igualdad, en cohesión social. Cuidar a nuestras hijas e hijos, atender a nuestros mayores, estar al lado de quienes nos necesitan, no debería ser motivo de renuncia, precariedad o culpa. Es una tarea colectiva, y debe estar respaldada por leyes, por recursos y por voluntad política.

Desde UGT Navarra seguiremos trabajando para ampliar estos derechos, para garantizar su cumplimiento en todas las empresas y para que nadie quede fuera de este avance. Porque cuidar es un derecho y también una responsabilidad que debe repartirse de forma justa.

Avanzamos. Y lo hacemos con paso firme hacia una sociedad más decente, más corresponsable y más igualitaria.

El autor es secretario general de UGT Navarra