Barañáin es el quinto municipio en población de Navarra, con una riqueza social y comunitaria muy importante que durante las últimas décadas ha sabido crear una comunidad que ha sido capaz de hacer frente a los retos y necesidades a los que su población se ha enfrentado.
Ahora, los retos que como pueblo tiene delante son diferentes a los anteriores, tenemos que diseñar el Barañáin de las próximas décadas. Estamos hablando de las necesidades de las personas mayores, centro de día, residencia, ocio y participación social; de la renovación de las instalaciones deportivas, educativas y culturales; del acceso a la vivienda de la juventud para que puedan desarrollar su proyecto de vida en Barañáin; de dar un impulso al sentimiento comunitario, sentir orgullo por Barañáin.
Estos últimos años no vemos por parte de quien gobierna el Ayuntamiento la iniciativa y el impulso que nuestro pueblo necesita. A modo de titular podríamos decir que la incapacidad política y de gestión ha llevado a Barañáin a una situación de parálisis complicada.
La gestión del centro de día puede ser el ejemplo más claro. Con el apoyo de todos los grupos municipales, las organizaciones de mayores impulsándolo y el Gobierno de Navarra subvencionándolo, nos encontramos tras tres años que hay que volver a licitar el proyecto, y no sabemos nada del modelo de gestión. A parte de esta inversión, vemos que no hay ningún plan para la mejora o creación de instalaciones deportivas, sociales, culturales o educativas, y todas las que llegan son vía partidas del Gobierno de Navarra impulsadas por la oposición. Además, las noticias sobre la pérdida de subvenciones por parte del Ayuntamiento son habituales en la prensa.
La comunicación con el vecindario es prácticamente inexistente, herramientas como el BIM no se publican, apenas hay relación con los colectivos populares, ni en los temas que les afectan directamente, no hay participación ni colaboración entre la institución y los vecinos. Prueba de ello son las dificultades que tienen los agentes sociales para desarrollar propuestas culturales nuevas, con impedimentos, no respuesta a solicitudes, instancias, peticiones de reunión, ni convocatoria de de consejos, teniendo que intervenir hasta el Defensor del Pueblo.
En cuanto a la vivienda, a pesar de que es un problema generalizado en la comunidad y en la comarca con características específicas, en Barañáin no se han aprovechado los diferentes desarrollos para facilitar el acceso a la población joven. Impulso exclusivo de las promotoras privadas que marcan la agenda e inacción municipal en los proyectos de carácter social como las viviendas de Nasuvinsa.
La situación interna del Ayuntamiento no es la óptima para darle la vuelta a esta situación. Hemos podido ver cómo en estos años todas la plantillas orgánicas del Ayuntamiento han sido anuladas por los tribunales, un proceso de estabilización que ha desestabilizado más la plantilla, y no buscando un consenso con la representación sindical.
Ante esta situación, creemos que es momento de que el vecindario de un paso adelante. Seguimos con esperanza como en varias localidades se logran acuerdos plurales para salir de situaciones de parálisis en las que están, pero en nuestro pueblo no avanza. Creemos que una de las razones es el estado de inactividad social en la que nos encontramos desde hace unos años. Por ello, y por que estamos convencidos y convencidas que el impulso comunitario es lo que nos hace avanzar, hacemos un llamamiento a que los y las baraindarras se movilicen para que nuestro pueblo despierte del estado de parálisis en el que se encuentra.
Es por ello que convocaremos una manifestación ciudadana en otoño.
Firman esta carta: Arkaitz Arellano, Ainara Santxo, Juan Carlos Alzuguren, Toño Irisarri, Saul Iraizoz, Ana de Julián, Nahia Urrutia, Rosa Martínez, Ion Irañeta, Fermin Huarte