En Tudela es bastante habitual realizar actividades en los espacios públicos y reunirse para disfrutar en la calle. Pensemos en los vermouths al sol o a la sombra según la climatología, las comidas populares, los espectáculos callejeros, las carreras o actividades deportivas populares… Y esta sana costumbre de socializar en la calle, preferentemente alrededor de unas cervezas, unos cafés o una comida, ha propiciado la aparición de cada vez más terrazas en los establecimientos de hostelería.
Siempre ha habido terrazas y siempre las habrá, y creemos no equivocarnos al afirmar que a la mayoría no nos importa ceder algunas zonas de nuestras calles y plazas para disponer de ellas, si se organizan de una manera adecuada y si no invaden los espacios de forma abusiva. Pero es importante dejar claro que se trata de un uso semi-privado y lucrativo del espacio público, y lo cierto es que si somos honestos tenemos que reconocer que la proliferación de terrazas empieza a ser preocupante.
Las terrazas crecieron con la pandemia, tanto en número como en dimensiones, y hemos visto que en algunos casos el ayuntamiento ha permitido colocarlas en lugares en los que cualquier persona sensata se da cuenta de que no deberían estar. Incluso una de ellas (la que ocupa el inicio del Paseo del Queiles, que nunca debería haberse autorizado) estuvo cerrada más de un año y en vez de eliminarse fue reabierta de nuevo. Hay zonas con tanta concentración de veladores que se puede originar peligro por falta de espacio en el caso de posibles evacuaciones: pensemos, por ejemplo, qué pasaría si, en plenas fiestas de Tudela, hubiera un tapón de gente en el acceso a la Plaza Nueva por Yanguas y Miranda.
Tenemos terrazas que ocupan espacio público en lugares donde es escaso, otras que invaden los mejores sitios de la calles o de las plazas, o que molestan el paso y dificultan el disfrute de árboles, bancos o farolas. No hace falta citar ejemplos porque los vemos cada día en la Plaza Nueva, en Herrerías, en el Paseo del Queiles… Y eso ni puede ni debe ser así. Algunas personas estamos ya hartas de que se nos quite el espacio de las calles –que es nuestro: de todas y de todos– y de que el ayuntamiento mire para otro lado.
Hace unos tres años, Ecologistas en Acción y la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo presentaron una queja a través del Defensor del Pueblo, solicitando que el Ayuntamiento de Tudela hiciera cumplir la Ordenanza Municipal de Terrazas y Veladores. Y la respuesta del Ayuntamiento de Toquero-UPN fue que… todo estaba legal, a pesar de que la propia ordenanza especifica que “será la Administración la que, valorando el interés público existente, que se manifiesta en lo relativo a la seguridad, la no perturbación del medio ambiente, la accesibilidad o los aspectos de estética urbana, decida otorgar la autorización”. Lo que demuestra que al equipo de gobierno de UPN no le preocupa la ocupación abusiva del espacio público por parte de algunas terrazas y veladores, y que desafortunadamente no tiene intención de tomar ninguna medida para evitarla ni para controlarla.
Colectivo de Independientes de Tudela