Se trata de un edificio situado en las proximidades de la Puerta del Sol, cuyos sótanos todavía huelen a cera, de la que se repartió profusamente durante la larga noche fascista y que ahora pertenecen a la triple A. Allá se encuentra un viejo almacén con unas instalaciones de fabricación de bulos, con farlopa de distintas clases almacenadas y administrado por un personaje siniestro que alterna los cubatas con su fabricación. A veces estos bulos están medianamente trabajados y otras, cuando se estropea el invento, tira de una solución rápida llamada intuición.
A estas instalaciones acuden regularmente los miembros de la fachosfera mediática, a recoger su dosis de farlopa o envían a los mensajeros ya que en sus almacenes hay de todo, aunque alguna se las va quedando caducada puesto que periódicamente salen nuevos productos y otros como por ejemplo ETA, o las bombas de Atocha, ya no tienen salida, aunque siempre pueden echar mano, como con el etarra que iba en la flotilla, o el inefable Pedro J con su Kangoo.
Así os explicareis cómo cualquier día amanecemos con un bulo repetido hasta la saciedad en estos medios y pseudo medios y es que les han repartido farlopa de la misma estantería.
Lo bueno del caso es que los adictos que necesitan este material no solo no lo pagan, sino que periódicamente reciben gratificaciones a modo de publicidad a sus pseudo medios, que pagamos todos y que se les envía, desde instituciones controladas por la triple A.
Consecuentemente, los siniestros personaje que controlan la bulería, constituyen un poder mediático y político importante, no han sido elegidos por nadie, y como carecen de la más mínima capacidad de ejercer la política de forma correcta, tienen que apoyarse en los insultadores de la fachosfera mediática, que pueden ser capaces de crear opinión en algunas capas de la sociedad y en los partidos políticos sin criterio, que también terminan en muchos casos como clientes del almacén de la bulería.
Además, están también los enfermos que necesitan este material, normalmente seguidores del personaje de la triple A, que en su día arengó a las masas con la frase (el que puede hacer que lo haga) y acuden en masa a por su dosis de menudeo para luego venderla en tertulias entrevistas y redes sociales.
Para terminar el ciclo están los recortadores de bulos, que financiados por los mismos que los han fabricado, son capaces de montar una demanda basada en recortes, que siempre habrá jueces que la admitan
Y ya está el lío armado.
        
    
    
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