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Tribunas

Acuerdos para la estabilidad

Sigo creyendo que la ciudadanía reclama a la clase política que sepa estar por encima de ello y que trabaje en la búsqueda de consensos / El refuerzo de nuestro tejido industrial y el mantenimiento e impulso del trabajo vinculado es prioridad para el Gobierno de Navarra

Acuerdos para la estabilidadIñaki Porto

Seguramente, una de las mayores virtudes que puede presentar un gobierno, en cualquier tipo de administración, es la estabilidad. Y más aún en un momento como el actual, en el que las diferencias se acentúan y en no pocas ocasiones se convierten en peajes inaccesibles para llegar a acuerdos. Pero, sinceramente, sigo creyendo que la ciudadanía reclama a la clase política que sepa estar por encima de ello y que trabaje en la búsqueda de consensos. El Gobierno de Navarra que preside María Chivite ha tenido muy claro desde su primera legislatura que ese debe ser el camino y el paso de los años le está dando la razón.

Navarra está disfrutando de un amplio periodo de presupuestos aprobados. Eso no es fruto de la casualidad. Y frente a esto, la dinámica de la oposición de tirar por tierra todo trabajo y cualquier iniciativa siempre que no emane de ellos. Llega a tal punto que se anuncian enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales de Navarra antes siquiera de que se conozca ese proyecto. No es algo que sorprenda al Ejecutivo foral, pero no deja de ser significativo en esa contraposición de hacer política de la que hablaba: la búsqueda de consensos entre diferentes frente al no sistemático sin argumentos objetivos detrás.

Los Presupuestos Generales de Navarra, sin ir más lejos, y el Proyecto de Ley de Medidas Tributarias 2026, han sido dos claros ejemplos de ese proceso de diálogo encaminado hacia la búsqueda de la estabilidad. En cuanto a los primeros, el Gobierno de Navarra ha conseguido diseñar unas cuentas públicas que crecen garantizando sus compromisos de gasto y que mantienen su apuesta por abordar las que, a ojos de todos, son las preocupaciones de la ciudadanía: salud, vivienda, educación, derechos sociales… Los pilares del tan manido Estado del Bienestar que a día de hoy y más aún en previsión de las amenazas que cada vez se sienten más cercanas hay que proteger y garantizar. Y esa tarea solo la puede hacer un gobierno con mentalidad progresista.

Navarra, una vez más, sigue siendo líder en calidad de vida según los últimos datos del Índice Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y esto es un mérito de todos. Es indudable.

Departamento de Economía y Hacienda

Pero para alcanzar esos niveles conviene tener en cuenta que la propia ciudadanía contempla una serie de realidades que le llevan a manifestar esa percepción tan positiva de la tierra en la que viven. En eso, las administraciones tenemos mucha responsabilidad. Nuestra forma de gestionar o de tomar decisiones marca nuestro presente y, por supuesto, nuestro futuro. Eso no lo vamos a perder de vista. Pero, hablando del Estado del Bienestar en un sentido más amplio, hay otras realidades que nos ocupan.

El refuerzo de nuestro tejido industrial y el mantenimiento e impulso del trabajo vinculado es prioridad para el Gobierno de Navarra. En ese sentido, los presupuestos ya recogen líneas concretas de actuación, la propia presidenta ha anunciado la intención de ir incrementando su apoyo a la industria navarra hasta situarlo en el 2% del PIB de la comunidad. Pero hay más herramientas. Y esto entronca directamente con la segunda muestra concreta de nuestra capacidad para encontrar consensos y estabilidad: el Proyecto de Ley de Medidas Tributarias 2026 recién aprobado.

Siempre he dicho que la fiscalidad es una manera de corregir dinámicas y abordar realidades desde otro ángulo. La propuesta aprobada por el Gobierno de Navarra ha mirado a la clase trabajadora de esta comunidad y ha sentado las bases para hacer de Navarra un territorio aún más atractivo para la inversión.

La creación de un nuevo tipo máximo de gravamen del 25% para las grandes empresas, siempre que cumplan con una serie de requisitos, garantiza de facto la protección de esa clase trabajadora e invita al sector empresarial a tomar partido activamente en cuestiones tan nucleares como la no destrucción de empleo, la reducción de la siniestralidad laboral o el cumplimiento con los planes de igualdad.

Y no es la única medida de calado que contiene el texto de ley. El impuesto del IRPF también va a experimentar una importante modificación que hará que más de 340.000 personas en Navarra vean cómo su declaración de la renta les resulta más beneficiosa. Lo notarán quienes perciban rentas menores de 32.000 euros, es decir, las conocidas como rentas bajas y medias. Y, de paso, el planteamiento diseñado desde el Departamento de Economía y Hacienda permite que quienes dispongan de rentas inferiores a 17.000 euros queden exentos de presentar su declaración y, por lo tanto, no tendrán que tributar.

Verdaderamente, creo que es difícil mostrar oposición a medidas como estas. En cualquier caso, el Gobierno está por encima de argumentos meramente partidistas y, en muchos casos, de cara a la galería y se centra únicamente en seguir trabajando por la gente, aislándose del ruido ficticio y artificial.

Porque para algunos y algunas el objetivo es estar, a cualquier costa; para el Gobierno de Navarra, el objetivo es ser ejemplo de buena gestión.

El autor es consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra