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Tribunas

Miguel Izu

Con luz y sin taquígrafos

Con luz y sin taquígrafosCedida

Al iniciarse el año de 1904 las aguas políticas bajaban muy revueltas, entre otras causas, por el nombramiento del padre dominico Bernardino Nozaleda como arzobispo de Valencia. Por aquel entonces, el nombramiento lo hacía el Gobierno y lo confirmaba el papa. Nozaleda había sido arzobispo de Manila cuando el Desastre de 1898 y la oposición cuestionaba su actuación como contraria a los intereses españoles. El día 20 de enero uno de los periodistas que conversaban con Antonio Maura, presidente del Gobierno, le alertó sobre que algunos diputados de su propio partido, el conservador, en particular Raimundo Fernández Villaverde y Francisco Romero Robledo, conspiraban para apearle de la presidencia y esperaban la apertura de las Cortes para crearle dificultades. “¿Eso ha de ser en las Cortes? Pues como allí hay luz y taquígrafos, ya lo veremos”, respondió Maura (La Época, 20-1-1904, p. 3).

La expresión hizo fortuna de inmediato, aunque al principio sobre todo para burlarse de Maura. El 25 de enero, el bisemanal republicano El Nuevo Evangelio incluía unas coplas satíricas recogidas por Luis de Tapia donde se decía lo siguiente: “Luz y Taquígrafos pides / y haces bien por Belcebú / para algunos diputados / lo primero es que haya luz”. Al día siguiente el diario El Liberal también publicaba unos versos firmados por Felipe Pérez y González con el título “¡A oscuras!” entre los que se hallaban estos: “Nuestro jefe, agregó otro, / pedía luz y taquígrafos, / y ya sin luz se ha quedado, / ¡Qué porvenir tan sombrío!”. El mismo 26 de enero el conde de Romanones, líder de los liberales, preguntaba en el Congreso por el caso Nozaleda afirmando que “vengo aquí, al seno de la Representación nacional, donde hay luz y taquígrafos, donde de todo lo que se dice y de todo lo que se afirma hay quien responda”. El 25 de marzo el vespertino liberal El Nacional titulaba una columna “Sin luz ni taquígrafos” donde se criticaba el cierre del período de sesiones: “No hay ejemplo en el extenso yermo de la vida constitucional española, de esterilidad semejante a la de este período de Cortes que fue inaugurado por Maura con la cómica invocación de luz y taquígrafos”.

Luz y taquígrafos, se sigue diciendo hoy, olvidadas las circunstancias en que nació la frase, para referirse a la publicidad y transparencia de los debates parlamentarios y de la acción política en general. Como suele suceder con tantos dichos célebres, con el tiempo se ha visto deformado. Se suele citar la creativa versión que dieron Luis Antón del Olmet y ‎Arturo García Carraffa, en una biografía/hagiografía publicada en 1913, según la cual Maura habría replicado a unos diputados republicanos que “yo, para gobernar, solo necesito luz y taquígrafos”.

Sin embargo, parece ser que hoy ya no todos los parlamentos utilizan taquígrafos. En la actualidad, tienden a ser sustituidos por la grabación audiovisual de las sesiones y por su posterior transcripción. Los taquígrafos se sustituyen por transcriptores, y, a menudo, estos por máquinas. Es el caso, por ejemplo, del Parlamento de Navarra. Al igual que otras instituciones, tiene contratada desde hace unos años a una empresa para realizar esa función mediante un software de transcripción basado en Inteligencia Artificial.

No soy enemigo de los avances tecnológicos, pero me gusta más la práctica que, iniciada en 1810, todavía mantienen las Cortes Generales. También graban y retransmiten las sesiones, pero siguen –por ahora– contando con un cuerpo de taquígrafos y estenotipistas. Aún los seguimos viendo por televisión, mientras sus señorías hablan (o gritan, o aplauden, o abuchean, o hablan de la fruta), tecleando incansablemente. Y no se limitan a transcribir lo que dicen los oradores, sino que añaden observaciones sobre las cosas que suceden en el hemiciclo (muchas se pierden en las meras transcripciones al no oírse bien en las grabaciones), lo que hace la lectura del Diario de Sesiones más amena. Por ejemplo, en una reciente intervención de Núñez Feijóo en el Congreso: “Ahora todo el mundo sabe que, entre el acosador y la acosada, usted está con el acosador. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón, hace gestos negativos). Mire, ha pasado usted de “hermana, yo sí te creo” a “calladita estás más guapa”. (Risas). Visto lo visto, la lección de feminismo se la debieron de explicar a usted en los prostíbulos (protestas. La señora Mínguez García: ¡Pero qué dice!), esos que no le consta si financiaron sus primarias. El problema de raíz no es ninguno de los suyos, el problema es usted (aplausos)”. Y en otra de Rufián: “A usted no le va a echar la corrupción, ni estos (señalando hacia los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso), ni estos (señalando hacia los escaños del Grupo Parlamentario VOX), ni estos (señalando hacia los escaños de Junts per Catalunya). Bueno, estos igual sí, algún día”.