Debutó en el Molinón el 19 de octubre de 2008 con una derrota por 2-1 y se marcha con otra, la de Anoeta del domingo, que puso fin a su estancia en Pamplona, donde siempre ha dado la sensación de no encontrarse muy cómodo pese a haber logrado los objetivos que el club le marcó tras su fichaje.

Llegó para sustituir a José Ángel Ziganda en la sexta jornada de la temporada 2008-09, una circunstancia poco habitual para cualquier equipo pero mucho más en Osasuna, que hasta entonces llevaba 11 años sin destituir a un técnico. Pero pese a que el equipo no había entrado en posiciones de descenso, la falta de sintonía acabó por explotar con la temporada empezada al entender la directiva que el crédito de Ziganda, que había conducido al equipo a las semifinales de la UEFA, se había agotado tras salvar la categoría en la última jornada en Santander.

Sin embargo, Camacho no mejoró las prestaciones del equipo en su primer año y se alió con el calendario para lograr la permanencia en la última jornada tras ganar los dos últimos partidos al Barcelona y el Real Madrid, que no se jugaban nada al estar decidido el título liguero. El primer incendio para Camacho estaba en el propio vestuario. Al término de su primera campaña, parte de la plantilla le pidió al presidente que no renovase al murciano, pero Patxi Izco hizo oídos sordos.

El segundo año del ex seleccionador fue el mejor de su estancia en Pamplona, ya que los rojillos disfrutaron de una temporada tranquila y sólo los malos números como visitante les impidieron aspirar a mayores cotas. No obstante, parte de la afición ya estaba enfrentada con Camacho. Para el socio fue difícil de digerir que el de Cieza rezumara alegría con la selección nacional en el Mundial de Sudáfrica, sin exteriorizar el mismo sentimiento por Osasuna.

Tampoco se le perdonó que achacase a "temas políticos" su divorcio con la grada nada más empezar la actual temporada, en la que los gritos en contra del técnico han sido música de fondo en los partidos en el Reyno de Navarra, cada vez por un sector más amplio de la grada.

El entorno osasunista ha criticado a Camacho su falta de armonía con el sentimiento rojillo, la escasa presencia en el primer equipo de la cantera pese a que no haya gran cosa en el horizonte, la formación de un equipo veterano y las continuas menciones a la suerte para justificar la ausencia de mejores resultados.

El ex seleccionador nacional no ha tenido fortuna con las lesiones de jugadores importantes esta temporada, incluida la del máximo goleador de los dos últimos años, el uruguayo Walter Pandiani, uno de los aciertos de la etapa de Camacho al recuperarlo cuando estaba semiapartado con Ziganda. A pesar de la igualdad en la parte baja, ya que Osasuna está a un punto de la permanencia y a tres del duodécimo puesto, los resultados y la derrota en Anoeta han precipitado el final de Camacho. Osasuna se ha mostrado incapaz de ganar en más de un año como visitante -sólo ha sumado 2 puntos en sus últimas 20 salidas-, y de enlazar dos victorias seguidas, aunque se ha mantenido vivo con la fortaleza en el Reyno, donde sólo ha perdido esta campaña frente al Barcelona.

La victoria de hace tres jornadas contra el Real Madrid dio continuidad a Camacho al frente de la dirección, pero su crédito ya estaba agotado, de forma definitiva tras perder contra la Real Sociedad y situarse el equipo en puestos de descenso. Osasuna, como Rayo Vallecano, Espanyol, Sevilla, Benfica, Real Madrid y la selección española, ya forma parte del pasado de Camacho, quien se despide de Pamplona con un sabor más agrio que dulce.