Sergio: "Los coches son un 'hobbie' para mí, pero también mi profesión frustrada"
A Sergio, defensa central de Osasuna, le encanta la propuesta de hablar de todo menos de fútbol y se tira a la piscina. Con una mezcla de precaución, valentía y sinceridad, una de las virtudes del gigantón asturiano, que vive del fútbol, pero no para el fútbol
pamplona. Sergio Fernández se atreve con todo. En el terreno de juego, con Messi, Cristiano o quien se le ponga por delante. Fuera, con cualquier pregunta. Desecha de salida cualquier tipo de comodín y tampoco emplea el recurrente pasapalabra que se le ofrece si se plantea alguna cuestión incómoda. No tiene pelos en la lengua, ni siquiera para reconocer que en la web de su actual club, Osasuna, le hayan estilizado (figura que pesa 81 kilos, pero reconoce que andará por los 84), ni tampoco para admitir que ya le ha tocado ponerle las cosas claras a algún periodista. Apasionado del motor y del golf, reconoce que Mendilibar, su entrenador, tiene razón cuando dice que "a éste le gusta todo menos el fútbol". Casi todo lo ha heredado de su hermano mayor, Carlos, que falleció hace seis años en un accidente de moto. Habla sin tapujos del asunto, como tampoco duda en reconocer que la política no le interesa demasiado. "Sé que está mal, pero creo que solo he votado una vez en mi vida". No sabe si lo hará también en las elecciones del próximo domingo (no jugará ante el Rayo porque continúa lesionado), pero tiene claro que un debate entre Guardiola y Mourinho habría tenido más audiencia que el de Rubalcaba y Rajoy. Así es Sergio.
¿Supone algún problema no poder hablar de fútbol?
Ninguno. Por mí, encantado. La gente que me conoce sabe que me dedico al fútbol, pero después de acabar mi trabajo me gustan un montón de cosas. No suelo ver fútbol en casa. Si surge algún plan alternativo, mucho mejor.
Da la impresión de que no ve partidos ni por obligación.
Soy bastante pasota en este sentido. Durante la semana siempre nos ponen un vídeo sobre el equipo rival y eso es un poco con lo que me quedo, pero no veo un partido porque me vaya a enfrentar a un determinado equipo. Lo veo más por mis hijos, que son pequeños y les gusta el fútbol. Estamos empezando a ver algún partido, pero, si veo que no me gusta, lo quito o cambio de canal.
Así que todavía maneja el mando a distancia de su casa.
Cada vez menos. Si no es mi mujer con algún programa, son los niños con algún dibujo o algo. Así que cada vez tengo menos poder, pero estoy encantado de que los niños se diviertan.
En su casa, ¿qué se ve en la televisión?
Cuando estoy solo, cosas relacionadas con el motor, aunque también me encanta el golf. También veo alguna serie que le guste a mi mujer porque hay que ceder un poco de terreno.
¿Coinciden en gustos televisivos?
Ahora solemos ver Tierra de lobos, aunque ella sigue alguna serie más.
¿Programas del corazón?
No suelo ver. Considero que no aportan nada. Me entero de lo que pasa porque mi mujer compra todas las semanas alguna revista del corazón y les echo un vistazo cuando estoy aburrido.
O sea, que ya se habrá enterado de que Kiko Rivera...
Sí, que va a ser padre. Precisamente lo vi el otro día en una revista. La verdad es que me entero de algunas de estas historias. Lo de Kiko Rivera, de si Belén Esteban vuelve o no con su marido… Pero es siempre lo mismo.
Pues hojeando esas revistas se habrá encontrado con algún compañero de profesión. Por ejemplo, Piqué.
Sí. Al final, tener parejas un poco conocidas y demás les hace estar en ese ambiente. Me imagino que no les gustará, pero es un poco lo que vende.
¿Es el peaje por ser famoso?
Sí, porque a la gente le interesa saber qué le pasa a la gente que sale en la tele. De los futbolistas, sobre todo los de Madrid y Barça, las mujeres quieren saber con quién andan. Y a los niños les gusta saber cosas de sus ídolos.
¿Le pasa algo parecido a usted?
De tema de amores no porque llevo con mi mujer desde que tenía 17 años, pero sí que soy una persona conocida y, cuando voy al cine o a cenar, siempre hay alguien que te reconoce o te pide algún autógrafo o alguna foto, pero nada comparado con lo que tendrán que soportar los jugadores del Madrid, el Barça o la selección.
Parece que no le agobia...
Siempre que respeten lo que estás haciendo… Entiendo que a la gente le hace ilusión y, si son niños, más todavía. Me gusta dedicar cinco minutos a dar una alegría a alguien, pero en mi caso no es algo tan exagerado como para decir que no puedo salir a la calle.
Todos los entrevistados en esta sección dicen que no cobran tanto como los futbolistas. Tienen razón, ¿no?
Comparado con otros deportes, siempre se ha dicho que los futbolistas ganamos más dinero, pero también hay que entender que somos el deporte que más gente mueve. Lo que reciben los jugadores va en consonancia con lo que genera el fútbol. Quizá pueda ser injusto porque otros deportes son más duros o más sacrificados, pero está así montado y yo no lo voy a cambiar (risas).
¿El dinero da la felicidad?
No, pero ayuda a tener menos problemas. Al final lo que te da la felicidad es tener salud y que también la tengan tus seres queridos. El dinero puede ayudar a tener salud, pero hay casos en los que, por mucho dinero que tengas, no te soluciona la vida.
Sin ánimo de retirarle, tiene ya 34 años y el final de su carrera se aproxima. ¿Ha pensado en su futuro?
No me ofende (risas). Sé que mi retirada está cerca por la edad que tengo y por cómo soy. Llevo un par de años peleando para seguir y sé que el final está cerca, pero no me he planteado nada en concreto. Solo intentar ahorrar el máximo de dinero posible para no dar ni palo, pero sé que luego necesitaré estar ocupado porque pasar 24 horas sin hacer nada quema. Por mi manera de pensar veo difícil que mi futuro esté ligado al mundo del fútbol y supongo que cuando lo dejé me apetecerá aprovechar los fines de semana para hacer cosas con la familia e ir a ver los partidos de mis hijos (Aitor y Pelayo, de 11 y 8 años, respectivamente, juegan a fútbol en el colegio Luis Amigó).
No sabe qué hará cuando se retire, pero creo que sí sabe dónde, porque siempre se ha considerado un asturiano de pro...
Sí, volveremos a Avilés, pero no porque aquí vivamos mal. En las tres ciudades en las que he vivido por el fútbol, que son Vigo, Pamplona y Zaragoza, me he adaptado muy bien. Los niños están a gusto porque tienen sus amistades y dejar eso les va a costar, pero volveremos a Asturias porque allí está nuestra familia y nuestros amigos, aunque seguro que haremos alguna escapada a Pamplona, donde vamos a dejar amistades muy buenas y para toda la vida.
¿Se parecen Pamplona y Avilés?
Son ciudades pequeñas, del norte, con gente muy noble. Lo bueno que tienen las ciudades pequeñas es que en 10 ó 15 minutos puedes estar en cualquier sitio y para mí eso es fundamental.
El tema gastronómico tampoco es problema.
Sí, aquí se come muy bien. Quizá en Asturias sea un pelín más barato, pero nada que no se pueda resolver con un poco más de dinero (risas).
¿Cuál sería el menú ideal en Asturias?
Lo típico sería la fabada, aunque yo no soy mucho de ella, pero una o dos veces al año suelo comerla.
¿Vino navarro o sidra asturiana?
(Risas) No soy mucho de sidra. Después de dos o tres meses sin probarla, me gusta abrir un par de botellitas, pero me gusta más la cerveza. Me aficionó un amigo en Vigo.
¿Cerveza para salir de marcha?
No soy de salir. Me gusta ir a cenar con mi mujer o con amigos y estar tranquilo. Mi mujer y yo nos conocimos siendo muy jóvenes y no nos ha gustado nunca salir de fiesta. Prefiero ir pronto a la cama y levantarme temprano para aprovechar el día.
Para ser futbolista, resulta un tanto extraño, ¿no?
Está claro. Es cierto que la vida del futbolista es un poco acelerada. Cuando los demás están en el instituto o la universidad, tú tienes tu sueldo y mucha presión. En este sentido elegí un camino, pero hay otros a los que les gusta más aprovechar su condición de soltero, la fiesta y demás. Pero siempre he sido así y no me he perdido nada.
El Milan se interesó en su día por usted y Milán es la capital de la moda. ¿Le seduce ese mundo? ¿Le gustaría probar fortuna en una pasarela? ¿Y en la tele?
Nada, nada. Me gusta pasar desapercibido. Las cosas que hago me gusta hacerlas porque me gustan a mí. Me gusta llevar una vida tranquila y sin sobresaltos. No me gusta que la gente sepa demasiadas cosas de mí. Parece que por ser jugador de fútbol tienes que hacerlo todo bien, pero soy muy pancho y hago lo que me apetece. Mi mujer me lo suele decir: "Pasas de todo; todo te da igual".
Cita a su esposa. ¿Se cumple en su caso el dicho de que detrás de todo gran hombre hay siempre una gran mujer?
Sí. No me puedo quejar. Siempre es bueno tener a alguien que te dé estabilidad y una segunda opinión para no cometer locuras ni alejarte de la línea correcta. En este sentido mi mujer es una persona muy normal y con las ideas muy claras. Para un futbolista, tener pareja ayuda.
Reconocía antes su pasión por el motor. ¿De dónde le viene?
Mi hermano (Carlos) y yo siempre nos levantábamos temprano para ver las carreras de motos. Él era un apasionado de las motos y a mí también me gustaban, pero falleció en un accidente de moto en el año 2005 y desde entonces las motos están aparcadas. Pero el motor y la velocidad siempre me han gustado. Cuando deje el fútbol, me gustaría competir, pero me lo tomo con tranquilidad. Tengo algún coche y amigos con coches parecidos a los míos. Es un hobbie para mí, pero también una profesión frustrada.
No se resigne, Cañizares dio el salto tras dejar el fútbol.
Sí, pero está a un nivel al que yo no estoy ahora y es un mundo complicado. Hace falta mucho dinero y patrocinadores.
¿Se ha montado en algún coche de competición?
En alguno me he subido y desde siempre he tenido karts de competición.
También le gusta el golf. Vaya contraste.
Se puede ver como un deporte aburrido, pero, cuando hacemos nuestras partidas con Ricardo, Rubén y otros amigos, el cachondeo está asegurado. Me gusta el golf porque es un deporte que exige tanta concentración que te evades de todo. Cuando estoy jugando al golf me preocupo de la partida y de nada más. Me olvido de mis problemas y además es una manera de estar en contacto con la naturaleza.
¿Cruzan apuestas?
Sí, pero no con dinero exactamente. Nos jugamos una caja de bolas o una cerveza. Se trata más de una apuesta de honor para que haya tensión en la partida. Si ganas, tomarte una cerveza picando al que ha perdido siempre tiene su puntillo.
¿Ha pagado muchas cervezas?
(Risas) Alguna. A veces ganas y a veces pierdes, pero lo importante es pasarlo bien con los amigos, olvidar los problemas y ya está.
¿Quién es el jugador de Osasuna con mejor hándicap?
Ricardo, pero porque lleva más años en el golf y tiene ventaja. Sin embargo, tenemos un pique importante. Lo bueno es que da igual el hándicap porque, a este nivel, puede ganar cualquiera. Y eso es lo bonito.
Siendo el mejor golfista, a Ricardo le costará perder, ¿no?
Sí, además como está mal de la cabeza (risas)... No, hay buen rollo.
Lleva unos años en Pamplona. ¿Ha visto algún partido de pelota?
No, pero me gustaría ir al frontón alguna vez. Sé que es un deporte muy exigente e intenso.
¿Conoce a algún pelotari?
A Irujo. Además le regaló una bola firmada a mi hijo. Alguna vez hemos coincidido en algún acto y por lo que he oído creo que es el mejor.