zARAGOZA. El defensa y capitán del Real Zaragoza, Javier Paredes, reconoció ayer que el enfrentamiento del sábado ante Osasuna es muy importante para que su equipo siga aspirando a la salvación y, además, tiene la característica añadida de ser un duelo entre dos eternos rivales: "Los que llevamos aquí más tiempo sabemos lo que significa jugar contra ellos".
"El partido del sábado es como un derbi. Osasuna intentará ganarnos para darnos el golpe de gracia, pero nosotros consideramos que, si ganamos, seguiremos en la pelea por meternos en un grupo de varios equipos con opciones de lograr la permanencia", comentó en su comparecencia previa al entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
También recordó que el equipo aragonés inició su declive en la clasificación en la primera vuelta tras caer derrotado ante Osasuna en el Reyno de Navarra y es una razón para afrontar "el partido con mayor intensidad, además de que la afición nos va a pedir que lo demos todo y ganemos".
El defensa asturiano destacó que ahora el objetivo es intentar conseguir dos resultados positivos consecutivos. Sería "un espaldarazo importante y se vería todo diferente. Todavía no lo hemos logrado esta temporada y demuestra lo complicado que es".
Paredes intentó matizar las palabras al comienzo de la semana de Edu Oriol y Pablo Álvarez de que el equipo aragonés tiene "pie y medio" en Segunda. "No es definitivo, porque todavía quedan jornadas para sacar primero un pie y después el otro".
"Entraña mucha dificultad y no es cuestión de engañar a nadie o vivir una fantasía, pero la mejor forma de salir es pensando que se puede conseguir", insistió.
Paredes explicó que con el partido ante el equipo navarro comenzará una semana en la que habrá en juego nueve puntos y que puede ser trascendental para darle la vuelta a la situación: "Hace una vuelta, que coincide con la de ahora, tuvimos una semana mala y nos llevó abajo y no pudimos salir, y ahora esperamos que cambie totalmente, comenzando por ganar a Osasuna".