Terapia a medias
Tiene trabajo por delante el sofrólogo que trata a la plantilla de Osasuna. Esas sesiones que los jugadores vienen recibiendo desde antes del partido con el Alcorcón parece que por fin rinden algún beneficio práctico. O eso, o los intentos de Mateo por armar ese puzle de equipo en el que algunas piezas ayer encajaron bien y otras encontraron su sitio. Con uno y con otro, Osasuna apareció como un equipo irreconocible en su ambición por ganar y en su entereza para no derrumbarse ante la falta de acierto. Puede parecer poco y hasta el mínimo exigible en este nivel de competición, pero observando de donde viene el equipo, admitiendo lo aplastante que debe ser para el ánimo esta interminable racha de partidos sin ganar, es una señal de fortaleza y de esperanza. Lejos de transcribir este empate en negativo -jugamos como nunca y, como siempre, no ganamos?-, de seguir lamentando la falta de puntería en el remate que condena al equipo más voluntarioso, habrá que subrayar la seguridad que ayer ofreció el centro de la defensa, la versatilidad de David García, la persistencia de Cedrick y el liderazgo de Sisi a la hora de pedir el balón y dar criterio a la creación. Enfrente estaba el conjunto más regular de la categoría, un bloque armado para no conceder ocasiones en su área y con una lectura veloz y resolutiva del ataque; pues bien, al Sporting le salvaron su portero y los palos, y aunque llegó con peligro ante Riesgo, no marcó. Es como para sentirse satisfecho? si el descenso no estuviera a tres puntos de distancia.
Visualizar.- En casos de ansiedad, como el que sufre este Osasuna, una parte de la terapia es la visualización. Ver en la mente escenas positivas, que hinchen el ánimo, que limpien la cabeza. También en fútbol es recomendable que antes y durante el juego los futbolistas visualicen pases perfectos y remates que acaban en gol. Es como hacer bien la mitad del trabajo. Supongo que en el diván del sofrólogo también se ha tocado este aspecto, aunque parece, por lo observado ayer, que es una terapia a medias porque en ningún lance el balón descansó donde termina en los pensamientos. Desde los 30 segundos de partido, Osasuna no dejó de atacar y de rematar: de falta directa, de tiro esquinado, de disparo frontal, de cabeza, a la media vuelta? Nada. Parecía que el marco era muy pequeño y el cuerpo del portero gigante. O que el guardameta tenga mejor sofrólogo que los rojillos?
¿Relajación?- En esta situación quizá sean aconsejables las terapias de relajación, pero está claro que el fútbol pide continuidad y dinamismo. Caminar hacia adelante, que es otro de los consejos de los especialistas cuando la cabeza trata de dominar al cuerpo. No olvidemos lo mal que sentó a Osasuna el parón por culpa de la nieve y el hielo. El equipo necesita mantener una tensión correctamente administrada, sabiendo que ayer hizo las cosas bien, pero que sus efectos en la clasificación, que es lo que cuenta, son exiguos. Que siga la terapia, pero que vuelva el fútbol.