PaMPLONA - Durante toda la temporada se ha hablado de la importancia que tiene ser un equipo sólido en casa y el revulsivo que supone la afición a la hora de mantener la categoría.

En los últimos partidos de Liga, aquellos que los jugadores denominan como verdaderas finales, la afición no ha fallado.

Ayer se registró la mejor entrada de la temporada con un total de 16.274 espectadores en las gradas del estadio pamplonés.

Hasta ayer, el partido que recogió un mayor número de aficionados fue el disputado contra el Alavés con 15.650; un encuentro en el que hubo un hermanamiento de aficiones total.

En la tarde de ayer, los hinchas del equipo burgalés llenaron la grada asignada para la afición visitante e intentaron animar a sus chicos, que en ningún momento fueron capaces de superar a Osasuna.

La afición rojilla, como siempre, estuvo de diez. Vibró desde los primeros compases del partido y estalló en el minuto dos de partido con el gol de cabeza de Nino. Supo sufrir en los momentos malos del equipo y brindó una gran acogida a Pablo Hervías. El riojano selló su debut con un gol, que dio tranquilidad a una hinchada que en un año tan difícil y con tantos contratiempos, necesita a toda costa. - I.N.