pamplona - El instructor del caso Osasuna, Fermín Otamendi, tomó declaración el jueves como imputados a la agente inmobiliaria de Terrassa, Cristina Valencia, y a su amigo y exdirectivo de Osasuna, Txuma Peralta, en relación con el último informe policial conocido y en el que sus nombres aparecen con frecuencia. Valencia ya estaba imputada en el caso pero ahora su nombre adquiere otra dimensión, aunque no se descarta que su verdadera participación en el tráfico telefónico fuera simplemente dar cobertura con su nombre a una línea de teléfono para que esta pudiera ser usada por Peralta con más libertad.

La asesora inmobiliaria ya figuraba en las actuaciones como una de las destinatarias, junto a su compañero de trabajo Albert Nolla, de 900.000 euros que habían salido de Osasuna en la temporada 2012-13. Ella confesó ante el juez que habían recibido unos 30.000 euros a cambio de firmar el recibí de 900.000 por unos estudios urbanísticos de El Sadar que habían llevado a cabo. Ahora, en lo nuevo conocido, la Policía destaca que una de las líneas con la que contactaban los jugadores del Betis se correspondía con una tarjeta prepago a nombre de Valencia, que jugó un papel intermediario, según los investigadores. Los béticos llamaron a esa línea 27 veces y seis la llamada fue a la inversa. Este teléfono entra en contacto el 6 de mayo, día posterior a la finalización de la jornada 36 y previamente al inicio de la jornada 37 (Betis-Valladolid). Deja de usarse el 20 de mayo, acabada la Liga y causa baja en junio.

Si parece sorprendente la aparición de Cristina Valencia también como imputada en esta película de los amaños, no lo es menos la presencia de un joven sevillano, Adrián Rosado, al que la Policía localiza como jugador de un club de fútbol sala de Sevilla y que durante gran parte de su carrera deportiva ha estado jugando en la cantera del Betis. La identidad de este joven sale a la luz porque en mayo y junio de 2014, tras acabarse la Liga, una línea de telefonía móvil a su nombre empieza a tener contacto con la línea 611 vinculada a jugadores del Betis e igualmente con los directivos de Osasuna, Txuma Peralta y Ángel Vizcay. La primera comunicación se produce el mediodía del 21 de mayo, tres días después del último partido.

amaya y el que le compró el coche Según la Policía, habida cuenta de lo narrado, “es sustancialmente relevante citar la relación existente entre Adrián Rosado y Antonio Amaya”. Esta conexión viene señalada por el informe patrimonial que realizó la Agencia Tributaria sobre las operaciones financieras llevadas a cabo por Amaya en los años 2013 y 2014. Ahí se tuvo conocimiento que el padre de este joven Adrián Rosado realizó un ingreso en noviembre de 2014 en una cuenta bancaria a nombre de Antonio Amaya por valor de 16.152 euros, informando dicha persona a la Agencia Tributaria que el ingreso lo realizó como pago de un vehículo Cooper que era para su hijo Adrián”.

Con todo lo anterior, la Policía infiere que el nombre de Rosado en esa línea sería para ejercer como intermediario entre los jugadores béticos y los directivos de Osasuna a la hora de reclamar el dinero que supuestamente se les debía. Tampoco puede descartarse en este caso, al igual que en el de Valencia, que Rosado sea utilizado para la compra del teléfono para dificultar la identificación de este número con su usuario real. El 17 de mayo se activó la línea y el 20 de junio se dio de baja.