Osasuna está tranquilo pero activo en la búsqueda de nuevo entrenador para la temporada que viene. El perfil está claro: quieren un entrenador para iniciar un proyecto a largo plazo que ilusione y conecte con la grada. Especialmente esta temporada en la que, hay que recordar, hay elecciones a la presidencia y la Junta ansía un técnico aúne al osasunismo.

No parece que haya prisa en Osasuna para cerrar al entrenador para la temporada que viene. En el club recalcan que desde que está Braulio siempre se ha cerrado el entrenador en estas fechas o incluso a mediados o finales (Jagoba) de junio. 

Por eso no hay un estrés muy fuerte aunque se reconoce que cada vez se perfila más el candidato ideal. Los nombres que ya han ido sonando están en la lista. Lisci es el que más fuerza tiene, pero su estancia en el Mirandés se va a alargar salvo que logre ascender este fin de semana. 

Habrá que ver si, llegado el caso, Osasuna decide tener paciencia como ya hizo con Arrasate o prefiere acercar otro perfil. Lisci, con su experiencia en clubes con estructuras modestas y su habilidad para potenciar el rendimiento de jugadores jóvenes, encajaría perfectamente en el proyecto rojillo. En Miranda apuntan que, en caso de subir, renovaría automáticamente con una cláusula de salida inferior al medio millón de euros. 

Más nombres

Otro que también está en las quinielas en Luis García Plaza. La trayectoria del entrenador convence en algunos aspectos pero también hay dudas de que sea el perfil adecuado para un club de cantera. Pese a que algunos medios de Madrid, donde García Plaza tiene mucho caché, están presionando para que esto se lleve a cabo, aún no hay ninguna decisión tomada.

Pero en Osasuna aseguran que hay más nombres y que lo que se está buscando más que nada es que encaje en el perfil que se quiere. Sin prisa pero sin pausa.

Este entrenador será el noveno de Luis Sabalza en 11 años como presidente. Su mandato ha alternado años de inestabilidad con otros de calma absoluta (en la época Arrasate, principalmente).

Ahora toca esperar a que se decida todo, pero de momento con calma, sin prisa para acertar con el adecuado para arrancar un nuevo y duradero proyecto.