¿Un libro más sobre mitos y leyendas pero en este caso con una mezcla de historia y ficción menos conocida? ¿Darían para una gran publicación cada una de estas historias?

–Sinceramente pienso que sí, incluso para una buena película, como casi todo en la historia de Navarra en estos 1000 años. Navarra es un desván inmenso sin descubrir. No tenemos nada que envidiar a súper producciones como Juego de Tronos, la historia de nuestro país fue antzeko-parecido. Además, Navarra. Mitos y leyendas no es un simple compendio de relatos populares: es una obra en la que la historia, la tradición oral y la imaginación romántica del siglo XIX se entrelazan. Como muy bien decía Arturo Campión, Iturralde tenía un pincel entre sus manos cuando escribía, era de una pasión y al mismo tiempo delicadeza brutal. Cada leyenda contiene una parte de nuestra memoria colectiva, de paisajes de nuestra identidad. Son historias que hablan de una Navarra profunda y plural, donde lo real y lo legendario conviven. Nos une Navarra y su rica historia, y deberíamos estar orgullosos de ello los navarros y navarras.

¿Cuál fue la aportación de Juan Iturralde y Suit en la memoria histórica y cultural de esta tierra en pleno siglo XIX?

–Iturralde y Suit fue para mi, uno de los grandes patriotas navarros. Lo fue todo en Navarra, concejal del Ayuntamiento, arqueólogo, pintor, secretario de la Comisión de Monumentos Artísticos e Históricos de Navarra, fundador de la Asociación Euskara de Navarra, y como dato relevante, ahora que tanto se habla y ha hablado del Castillo de Amaiur por su simbolismo y por el espectacular trabajo que está realizando la Sociedad de Ciencias Aranzadi, fue el impulsor de la investigación, trabajos de arqueología y restauración del mismo... uno de los primeros en comprender que la memoria popular de Navarra –sus leyendas, sus voces, sus mitos, sus monumentos– formaba parte esencial del patrimonio cultural de nuestra tierra. Su labor, contribuyó a rescatar además de la cultura de nuestro pueblo, ese amor por la patria, por Navarra, de la que el estaba profundamente enamorado. Fue, en cierto modo, un precursor de la conciencia patrimonial y de la defensa del alma cultural navarra.

¿Cuál fue su mayor contacto con la historia y las tradiciones de Navarra? Su figura no es muy conocida entre los jóvenes pese a dar nombre a una calle de Pamplona.

–El contacto era total, como vemos por su extenso curriculum, estaba como ahora diríamos en “todas las salsas”. Era un defensor a ultranza de Navarra y de sus tradiciones y por su puesto de su idioma de la lingua navarrorum (lengua de los navarros), del euskara. Una de sus aportaciones, para mí, muy importante par aquella época, hablamos del XIX, fue crear el Primer Premio literario para relatos escritos en Euskera, organizado por el Ayuntamiento de Pamplona. Fue un recuperador de nuestro patrimonio en todas sus vertientes, en resumen, en la recuperación de la memoria cultural de Navarra. Estudió Comercio en Burdeos y se formó en dibujo y pintura en París, consagró su vida al estudio de la historia, las tradiciones y el arte de su tierra. Son muy interesantes las cartas que se “cruza” con D. Arturo Campión, se ve claramente ya no solo en Iturralde sino en Campión el profundo amor por nuestro pueblo.

Fue autor de numerosos ensayos, crónicas y recopilaciones, pero curiosamente jamás le fue publicado un libro; sí innumerables artículos en revistas, periódicos...pero no un libro, hasta 1912, tres años después de su fallecimiento. Iturralde y Suit unió erudición y sensibilidad artística en una obra que hoy constituye un testimonio esencial de la identidad navarra y de su imaginario legendario. Fue un hombre de vasta cultura, un curioso insaciable y un apasionado de la historia.. Frecuentó archivos, conversó con gentes de los valles, recogió testimonios orales, escribió cientos de artículos en revistas, periódicos, sobre todo en Navarra y también en Catalunya. Su contacto con las tradiciones no fue académico, sino vital: comprendió que los mitos y leyendas eran una forma de conocimiento histórico y simbólico. Su nombre, hoy algo olvidado, merece ser recordado precisamente por esa mirada integradora entre cultura, historia y pueblo. De ahí la publicación de estos textos.

¿El libro es una recopilación de historias que formaban parte del imaginario navarro?

–Sí, en buena medida. Hemos querido rescatar una obra que publicamos en dos volúmenes hace exactamente 33 años, pero creemos que para las nuevas generaciones, que desconocen esta obra, es un buen momento para adquirirla y disfrutar de Navarra. Será esta vez en tres volúmenes, los siguientes se publicarán en 2026 y 2027. Pese a su relevancia, permanecía casi inaccesible para el lector contemporáneo. Muchas de las leyendas que recoge Iturralde y Suit apenas han sido reeditadas o citadas desde entonces, y poseen una frescura y una fuerza literaria notables. Esta nueva edición las devuelve a la luz, con el respeto y el cuidado que merecen los textos fundacionales de nuestra memoria cultural.

¿Hasta donde llegó la relación entre Arturo Campión (prólogo) e Iturralde?

–Ya sus padres eran amigos. Arturo Campión y Juan Iturralde y Suit era íntimos amigos. Este reportaje no da para la abundante correspondencia que se intercambiaron, y el respeto que se tenían. Ellos dos prácticamente con otros como Aranzadi, Olóriz.. defendieron Navarra, con hechos, no solo con palabras. Participaron activamente en todos los movimientos y asociaciones en Navarra en favor de su historia, patrimonio e idioma. Las cartas más emotivas son en los últimos meses de vida de Iturralde; este primero ya en Barcelona enfermo de gravedad, de hecho allí falleció en 1909. Ambos compartían la misma sensibilidad hacia las raíces culturales y lingüísticas de Navarra. El prólogo de Campión a esta obra no es solo un gesto de reconocimiento: es un testimonio de la continuidad entre generaciones de intelectuales comprometidos con la identidad de su tierra. En cierto modo, Campión recoge el testigo del maestro.

El libro recoge una selección de grabados temáticos. ¿Cuál es su origen?

–Más que grabados, son unas ilustraciones, realizadas por José Luis Larrión. El origen son fotografías, tratadas digitalmente hasta conseguir ese efecto, precioso, espectacular en el que el ilustrador ha dado en el clavo de lo que queríamos reflejar. Doce ilustraciones, una para cada mito o leyenda. Verlas ya emociona.

¿Hay algún personaje o relato que había pasado desapercibido a lo largo de la historia o menos conocido?

–El lector descubrirá relatos poco o nada conocidos, como los vinculados a ciertos lugares o personajes del imaginario navarro que apenas aparecen en otras recopilaciones o directamente no aparecen. La Leprosa, Salkindaria (El Traidor), La campana de Nájera, El viejo espíritu de Navarra.... Hay leyendas que, más allá de su valor literario, nos devuelven la voz de un pueblo que interpretaba su mundo a través de lo mágico, lo sagrado y lo poético. Redescubrirlas hoy es reencontrarse con una parte esencial de nuestra identidad-