Leganés - Osasuna cayó ante el Leganés en un partido que ya se ha visto esta temporada en varias ocasiones. Los rojillos completaron un partido ramplón y, para cuando comenzaron a pensar en cambiar el guión, ya habían sido arrastrados al abismo por una sucesión de calamidades que también se han padecido. Un gol en un momento inoportuno -previo error en la solución de un problema sabido, en una jugada de estrategia ya estudiada-, una expulsión con muchos minutos de partido por delante, otro tanto en contra en medio del descalabro, señales que anunciaban un varapalo... Todo esto vivió Osasuna en una tarde gélida en Butarque en la que se trasladó que todo lo que estaba ocurriendo ya se había presenciado y sufrido en otro sitio.

Osasuna perdió frente a un rival sorprendente, que ocupa puestos de ascenso directo, y demostró que se le está atragantando esta fase del campeonato en la que, da igual el rival, no se ve puerta con facilidad -al contrario, se anda a palo seco desde hace tres jornadas- y, esfuerzo indudable a un lado, no se tiene la chispa y alegría de otros tiempos. Ayer Osasuna también notó la ausencia de sus dos principales creativos, Mikel Merino y Roberto Torres, pero esto de las bajas no ha sido un argumento manido como para ser rescatado como excusa, aunque la falta de talento siempre se echa de menos. Cuando se rumia una crisis, siquiera minúscula, muchas desgracias tiran en contra. En dos semanas, Osasuna ha pasado de optar a ser segundo o descabalgarse de las primeras plazas y caer a su peor clasificación. Algo está pasando en esta larguísima carrera de fondo.

Los rojillos tenían una dura prueba en Leganés. Y no ofreció sorpresas Osasuna en el primer tiempo porque esos 45 minutos se han venido repitiendo durante muchos encuentros fuera. Y así, porque forma parte del plan, el equipo de Martín estuvo más pendiente de controlar el partido que de atacar, consciente de que mantener la puerta a cero en el primer acto suele tener su peso en la historia final.

El asunto le iba más o menos bien a Osasuna, porque se seguía manteniendo el resultado entre idas y venidas, hasta que Szymanowski, que ya se había destacado como uno de los problemas irresolubles del Leganés, se colocó solo en el pico del área, espero que le remitieran el balón desde el córner y acomodó pie y cadera para soltar un zurdazo que fusiló a Nauzet que, como el resto del equipo, no anduvo ducho y avispado.

Fue el colofón de un primer tiempo muy flojo, en el que Osasuna no tuvo bagaje ofensivo alguno e incluso los centros al área no abundaron, y eso que el viento echaba una mano.

Al Leganés se le pusieron aún mejor las cosas cuando Manuel, en el día de su debut como rojillo, se marchó antes a los vestuarios al ver la segunda amarilla. El centrocampista no estuvo muy feliz en su decisión de meter el pie por detrás a un jugador que ya le había rebasado, porque la falta aparatosa fue castigada con otra tarjeta y dejó muy tocado a su equipo.

El desmoronamiento de Osasuna ya pareció no tener fin porque, con un hombre menos desde el tercer minuto de la reanudación, comenzaba a nublarse todavía más la tarde. El Leganés, siempre intenso, rapidísimo por las bandas, fútbol de rompe y rasga, estaba anunciando que le podía hacer un roto a los rojillos en cualquier momento. A los doce minutos, una de esas andanzas por el carril derecho, tras un saque de puerta de Osasuna que volvía al área casi de forma inmediata, propició el segundo tanto local. Como en otras tardes, se barruntaba un descalabro.

Tras la inclusión de Olavide por Jose García en el descanso, las entradas de Berenguer y Urko Vera fueron las alternativas del entrenador para intentar quitarse de encima un dominio palpable de un Leganés lanzado, cómodo, con las ideas muy claras, navegando con el viento a su favor.

La velocidad de Berenguer y el criterio de Olavide tranquilizaron al Leganés, que no necesitaba hacer mucho más sino insistir en lo suyo: llegadas, centros, velocidad, chispa, ritmo. Nauzet se erigió en el salvador de los suyos con dos intervenciones ante dos disparos que se marchaban a la jaula y también se cruzó en el camino de un tiro de Timor. No hubo noticias de Osasuna en el otro área, siempre jugando a contrapié, corriendo hacia su portería. Otro día malparado en un partido que también ya se había visto. Cuestiones para mejorar.

LeganésOsasuna

8Tiros a puerta0

5Tiros fuera2

5Ocasiones de gol1

9Faltas cometidas16

19Balones al área15

3Córners2

4Fueras de juego3

60%Posesión40%

8Intervenciones del portero25