Granada - No está teniendo muchos motivos Osasuna para quejarse de los árbitros, pero ayer el colegiado Trujillo Suárez se dejó presionar por el ambiente local y, ante la duda, tiró para el de casa.
Se había adelantado Osasuna pronto en el marcador, pero antes del minuto 15 el trencilla ya había dejado claro que le podía la presión. Tras amonestar con justicia a un jugador local, la grada se le echó encima y no tardó ni dos minutos en sacar una amarilla a Fausto, para intentar aplacar los ánimos del público y también los del mediocentro rojillo.
Pero solo fue el preludio. Poco antes del descanso, Oriol Riera marcó de cabeza, pero uno de los ayudantes del árbitro levantó su banderín con mucha rapidez. A su juicio, un acierto, pero las numerosas repeticiones televisivas no sirvieron para disipar las dudas. Eso sí, fue una acción difícil de arbitrar porque ni viendo la jugada repetida se puede alcanzar un consenso.
Lo peor de todo para Osasuna es que en la jugada del gol del empate del Granada, cuando había que tomar una decisión similar, el conjunto local salió otra vez favorecido. Mientras los jugadores del Granada se abrazaban ya eufóricos tras el tanto de Kravets, árbitro y juez de línea se miraron, pero no señalaron nada. Parecieron intercambiar unas palabras durante apenas unos segundos, pero , tras varias idas y venidas, ambos arrancaron hacia el centro del campo para dar validez a un gol también en posición dudosa, ya que el autor de la diana remató en posición cuestionable después de que el balón rebotara en Mario tras un remate a bocajarro de Bueno.
Pero no todas las decisiones perjudicaron a los rojillos. Dos jugadores del Granada fueron expulsados a continuación: Uche, por agredir a Sergio León, que fue merecida y nadie protestó, y Ponce, que entró en el campo en el minuto 65 y tampoco acabó el partido. Vio dos amarillas, aunque la segunda de ellas, tras golpear a Oier en el rostro, pudo ser roja directa.
Fue una tarde dura para el árbitro, una prueba que Trujillo Suárez no superó, aunque resultaría cruel culparle por un empate que a Osasuna le sabe a poco.