Osasuna cerró ayer la primera vuelta del campeonato liguero de Segunda División con un borrón en su expediente. El conjunto navarro encajó en Las Palmas de Gran Canaria su derrota más abultada de la temporada (también de los últimos tiempos), un resultado que, no obstante, no debe esconder una realidad: los rojillos se encuentran en posición de promoción y suman 35 puntos, tres más que el curso pasado a estas mismas alturas y los mismos que hace tres temporadas, ejercicio que concluyó con el último ascenso de Osasuna a la máxima categoría.

Sin embargo, los buenos números del equipo de Jagoba Arrasate (sobre todo los que ha acumulado durante los dos últimos meses y especialmente actuando como local en El Sadar) tampoco deben ocultar su escaso bagaje a domicilio. De hecho, los rojillos perdieron sus tres primeros duelos lejos de Pamplona, sólo han sido capaces de ganar en Almendralejo (2-3 al Extremadura, ante el que tuvieron que remontar un 2-0 adverso) y Reus (0-1 merced a un solitario gol de Juan Villar, que desde entonces no ha vuelto a marcar) y ayer volvieron a las andadas, exhibiendo principalmente una preocupante endeblez defensiva. Si a esto último se añade la calidad de los jugadores de la Unión Deportiva Las Palmas (mención especial merece en este sentido Fidel, autor de los dos primeros goles locales, ambos por la escuadra), el resultado es claro: una inesperada goleada.

En el debe de Osasuna hay que apuntar, sin duda, los cuatro goles que encajó ayer en el estadio Gran Canaria, pero en su haber resulta preciso incluir su buena puesta en escena durante los diez minutos iniciales (a la que sólo le faltó el gol, ese que se resistió porque un lanzamiento de falta directa de Rubén García se estrelló en el larguero) y su esfuerzo durante la segunda mitad en busca de una remontada imposible.

En definitiva, que Osasuna afeó ayer su hoja de servicios con un borrón que hasta los mejores estudiantes se pueden permitir, sobre todo si a partir de ahora inicia una nueva cuenta como la que le ha servido para escalar posiciones en las últimas semanas y abrochar la primera mitad del campeonato liguero con un registro que, de igualarlo en las 21 jornadas de la segunda vuelta, elevaría seriamente las posibilidades del conjunto navarro de pelear hasta el final por el ascenso a Primera.