pamplona - Dicen que la tercera vez que se intenta algo, suele ser la vencida. Este dicho popular se puede aplicar, de momento, a Osasuna Femenino. La junta directiva de la entidad rojilla parece que ha apostado por sacar de sus cenizas un proyecto que han respaldado desde el primer día y que atraviesa, ahora mismo, por el mejor momento de su corta historia.

El equipo que dirige Mikel Bakaikoa ha conseguido dos ascensos en apenas tres años (uno con el exentrenador Ioseba Sesma). El último, el pasado fin de semana en Berriozar. Las rojillas se no solamente se llevaron el derbi, sino que, además, certificaron su presencia, como mínimo, en la Primera División B la temporada que viene. Y es que, a falta de seis jornadas para la conclusión del campeonato, las rojillas marchan en segunda posición del Grupo 2 de Segunda División, a cuatro puntos del líder, el Alavés, y con un nuevo reto en el horizonte: llenar El Sadar este domingo en su partido ante el Eibar, tercero clasificado, igualado a puntos con las navarras y rival directo en la lucha por el ascenso a la Liga Iberdrola.

Una vez conseguido el primer objetivo, Maider Irisarri, una de las capitanas del equipo, deja claro que, hasta que tengan opciones, van a intentar llegar a lo más alto posible. “Ahora mismo estamos muy contentas por el trabajo realizado, porque hemos conseguido un objetivo de los que teníamos esta temporada. También estamos ilusionadas porque todavía podemos optar a ir a la Liga Iberdrola a través del play off, ya sea ganando la liga o siendo las mejores segundas”, comenta.

Osasuna se impuso al Berriozar en el derbi regional y certificó su presencia como mínimo en la novedosa Primera B, puesto que las rojillas aventajan en 23 puntos al quinto clasificado, quedando solamente 18 por disputarse. Sin embargo, como reconoce Oihane Gil, no deja de ser un partido más. “En esta liga, cualquier partido es importante y en todos te juegas los tres puntos. No deja de ser una anécdota que fuese justo en el derbi”.

Uno de los éxitos de este equipo ha sido el trabajar sin mirar más allá del próximo partido. Así lo refleja otro de los pesos pesados del equipo, Mai Garde. “Si hasta ahora lo que nos ha servido para llegar hasta aquí ha sido el ir partido a partido no lo vamos a cambiar, por lo que este domingo tenemos una final y en nuestra cabeza ahora solo está el ganar al Eibar”, sentencia.

El mejor arma con el que afronta el conjunto rojillo este final de temporada es la unión de un vestuario en el que entre la veterana, Oihane Gil, y la novata, Sara Carrillo, hay una diferencia de 20 años, 8 meses y 2 días. No obstante, la edad no es un problema, porque, como admite Oihane, “las jóvenes nos transmiten su ilusión, juventud e inocencia, mientras que nosotras debemos intentar bajarles a la tierra, hacerles ver la realidad y que tengan en nosotras el mejor ejemplo posible para que puedan aprender”, a lo que Garde añade que “al final es la unión, este es el segundo año en el que estamos el mismo bloque casi todas juntas, y yo creo que nos hemos convertido en una pequeña familia”.

una apuesta clara por ellas La relación entre Osasuna y las chicas se remonta hace quince temporadas y ha mantenido una serie de altibajos que le han llevado al equipo sénior a desaparecer en dos ocasiones.

Todo comenzó en la temporada 2003/2004. La entidad rojilla arrancó con un equipo femenino en Regional, en el que Maider Irisarri formaba parte de sus componentes, pero, al término de la 2006/2007, aquel equipo pasó al olvido.

Dos campañas después, en la 2008/2009 se iniciaba una segunda etapa del fútbol femenino con otro bloque sénior, pero, en junio de 2014, coincidiendo con el descenso de Osasuna, el club decidió prescindir del fútbol femenino en un segundo adiós. Ahí fue cuando surgió el Mulier, un equipo cuyo fin era dar continuidad a esas chicas que se quedaban sin equipo. Mulier estuvo vinculado a Osasuna hasta que, en junio de 2016, el club rojillo decidió romper la relación, para lo que creó una Fundación en su tercer intento por apostar por el fútbol femenino. Pero esta vez, como recuerdan dos de las protagonistas -Maider Irisarri y Mai Garde-, la situación es muy diferente.

En esta ocasión, como recalca Garde, “la apuesta está clara. Al final, el proyecto que el club ha hecho era para ascender a esta Primera B y lo hemos conseguido, así que está claro que el club apuesta y lo está demostrando”.

Por su parte, Irisarri recuerda su paso por ese primer equipo femenino de Osasuna. “Yo sí que he visto un cambio muy grande, porque entré aquí muy pequeña y tampoco era consciente de lo que se estaba viviendo. La segunda vez sí que parecía que sí se apostaba, pero el proyecto no terminó de cuajar y, en cambio, esta vez sí que veo un cambio, es algo diferente”, señala la jugadora, a lo que Garde añade que “no solo deportivamente, sino que también el club nos está haciendo partícipes de lo que es Osasuna y en una serie de aspectos estamos notando que nos han integrado”.

El equipo femenino de la disciplina rojilla vuelve a disputar este domingo un encuentro en El Sadar, después de que el club decidiera abrirles las puertas del feudo rojillo en una serie de actos para celebrar el 50º aniversario del campo. En aquella ocasión, las rojillas se impusieron al Pradejón riojano en un festín de goles en El Sadar.

Ahora, al igual que lo fue la temporada pasada, la entrada será gratuita para todo aquellos aficionados que decidan acercarse al fútbol, por lo que las jugadoras esperan batir la cifra cercana de los 2.500 aficionados que se registró el pasado mes de septiembre. Las tres son conscientes de que esa cifra va a alejarse de los 24.000 aficionados que asistieron a Anoeta a ver el Real Sociedad-Athletic y los 48.000 que se dieron cita en San Mamés para presenciar el partido de Copa de la Reina entre el conjunto bilbaíno y el Atlético de Madrid.

Pese a ello, Oihane apunta que “es un día muy especial, es el club de nuestra tierra y jugar en El Sadar cuando has estado toda la vida yendo a ver a los chicos jugar, para nosotras es un orgullo y, como el año pasado, una oportunidad increíble. Este es un poco más especial por todo lo que nos estamos jugando. Va a ser un partido muy reñido, el Eibar es un rival muy correoso muy duro y un rival directo, por lo que vamos a intentar ponérselo difícil”.

Por último, Mai Garde prosigue confesando que “el domingo veremos cuánta gente viene, no tenemos un objetivo en mente. Solo queremos que se vea que en Osasuna hay fútbol femenino y animamos a todo el mundo a animarnos. Sabemos que Osasuna tiene una de las mejores aficiones y esperemos que también lo demuestren con nosotras”.

“En los últimos años el fútbol femenino ha experimentado cambios muy grandes, sobre todo lo que hemos vivido nosotras al final, porque somos las más veteranas. En cosa de tres o cuatro años lo hemos notado muchísimo por la Federación, la Liga y las televisiones, que desde que han empezado a invertir en el fútbol femenino este ha crecido a pasos agigantados”, concluye.