Pamplona - Como en el campo, Aridane Hernández (Tuineje, Fuerteventura; 23/3/1989) gana en las distancias cortas. El majorero pasa a ser pieza fundamental en el eje de la zaga tras la lesión de Unai. El central, que no para de regalar halagos tanto al club, como a la afición y a sus compañeros, repasa la actualidad rojilla, marcada por el inminente ascenso.

Le toca volver a jugar en unas circunstancias que no agradan, por la lesión de un compañero.

-Sin duda, me hubiese gustado salir en otra situación. Además a Unai, que estaba haciendo una temporada muy buena, siendo uno de los pilares. Es una desgracia, pero hay que seguir, pensar en el grupo e intentar finiquitar el ascenso cuanto antes.

Entra en el once en el momento decisivo.

-Sí. Ahora tenemos una semana de desconexión pero, pese a eso, se han visto unos entrenamientos superintensos aunque no haya partido. Tanto los que juegan, como los que no. Y esa es la clave de este año: el grupo.

Aunque no sea plato de buen gusto, es una oportunidad para usted.

-Sí. No es plato de buen gusto, como he dicho, pero ahora me toca a mí y estoy preparado. Entreno cada mañana para intentar ponérselo difícil al míster. Pero repito, lo fundamental de este año ha sido el grupo, el trabajo que hacemos cada uno. Además, el cuerpo técnico nos trata fenomenal a todos. Se ha dado todo para que estemos ahí arriba.

Se quedan David y usted como únicos centrales puros, queda la posición un poco justa de efectivos.

-También hay chicos del filial que lo están haciendo bien. El Promesas está en Tercera y obviamente no es lo mismo, pero cuando suben con nosotros a entrenar demuestran que están rindiendo al mismo nivel que el grupo.

Hablando de centrales, ¿cómo ve a Jorge Herrando?

-Muy bien. Tiene planta para estar en el primer equipo. Ahora le toca aprender, es muy joven, y a nosotros enseñarle. Pero lo veo bien. Incluso preparado si alguno de nosotros, ojalá que no, sufre una lesión.

¿Prefiere subir jugando o como sea?

-Este fin de semana. Sin jugar o jugando, me da igual, cuanto antes mejor.

Entonces ni le doy a elegir entre hacerlo en casa o fuera.

-Cuando sea. Claro que nos gustaría subir en casa, pero todo el mundo está deseando cumplir el objetivo y ya cuando llegue el siguiente partido en casa lo celebraremos todos juntos.

Aunque el ascenso no es matemático, la ventaja que tiene el equipo traslada la presión a los rivales, ¿no?

-Nosotros no miramos a nadie. Estamos en la cima y tenemos que seguir trabajando para dar el último pasito y celebrarlo como dios manda.

En Alcorcón no se explicaba el míster qué pasó. Habló del calor, del césped, ¿pero hubo algo de ansiedad por cerrar el ascenso cuanto antes?

-Ansiedad, no. Es verdad lo que dice el míster, el campo estaba seco, hacía mucho calor, algo a lo que nosotros no estamos acostumbrados. Pero bueno, eso era para los dos equipos y mira, la tuvimos al final. Si llega entrar la de Roberto Torres... Pero el equipo trabajó bien, no fue un buen partido, pero no todos los días se puede jugar bien y, entonces, es cuando hay que remangarse y trabajar duro para no perder.

Les va a venir bien el descanso de esta semana.

-Sí, llevamos mucho tute encima, muchos partidos. Esta semana va a venir bien para desconectar del fútbol, estar con la familia, disfrutar y venir el lunes a entrenar para preparar ya el partido contra el Cádiz.

O el domingo a la fiesta.

-¡Ojalá!

¿Hablan de Primera en el vestuario?

-Todavía nada. Quedan partidos. Está casi hecho, pero el fútbol es muy caprichoso y mira lo que le ha pasado al Barcelona con el Liverpool. Tenemos que pensar en el día a día y ya llegará el momento. Si nos creemos que estamos en Primera, sería un error.

En caso de ascender, sería su debut en Primera.

-Sí. Desde pequeño es la ilusión de un niño. Durante tu carrera pasan cosas, pero siempre he seguido luchando y lo más importante para mí ha sido mi cabeza.

¿Qué le parece la afición rojilla?

-Un espectáculo. Me sorprendió. Vas por la calle y, hayas ganado o no, la gente te da cariño, te da apoyo, y eso para mí es fundamental, ya que estoy lejos de mi familia, aunque tengo a mi mujer aquí y es un gran apoyo también.

¿Notó presión por el precio que pagaron por usted?

-No, presión no. Osasuna apostó por mí y fue un orgullo que un histórico como este club pagase ese traspaso por mí. En ningún momento sentí presión.

A principio, hubo división de opiniones en la afición.

-Puedo gustar más o menos a la gente, pero la afición es soberana. Si algún día han decidido pitar por no hacer un buen partido, no solo a mí, también grupo, son soberanos. Pero la afición de aquí es el jugador número 12 y la que te da un subidón cuando crees que ya no tienes energía.

Transmite mucha calma...

-Mi carácter es así, tranquilo.

¿En el campo también?

-Depende del partido, pero sí que reconozco que a veces me relajo demasiado y parece que me la van a robar, pero finalmente rectifico y por suerte todavía no ha pasado nada.

¿Cómo están viviendo la temporada histórica del club en El Sadar?

-Con mucha tranquilidad. Como se entrena se juega. Si ves como nos preparamos, no te sorprende. Nadie se relaja, los que juegan y los que no.

¿Qué ha cambiado de la temporada anterior a esta para semejante diferencia?

-Sí. El año pasado también había muy buen grupo, pero no se dieron las circunstancias. Esta temporada ha llegado el cuerpo técnico adecuado para este equipo. Todos remamos para la misma dirección, no hay envidias. Nos apoyamos el uno en el otro y así ha sido todo el año.

Esta temporada, además del posible ascenso, también ha sido padre.

-Sí, estoy supercontento. Los servicios médicos en este club te ayudan muchísimo y eso sabiendo que eres de fuera es algo que te facilita mucho las cosas.

Le habrá cambiado mucho la vida...

-Para bien, sin duda.

¿Es muy diferente Pamplona a Fuerteventura?

-Mucho. Sobre todo el clima. Aquí hace frío. Pero ya había estado en sitios donde hace frío. Los primeros sí que lo pasé mal, pero ya me he ido adaptando. Para eso están los abrigos y los jerseys.

¿Se ve muchos años en Pamplona?

-Ojalá que sí. Estoy muy a gusto y mi familia también. La gente es supereducada y maja. Pero esto es fútbol y nunca se sabe dónde vamos a parar. Pero ojalá esté muchos años aquí y en Primera.

¿Qué ha cambiado de la temporada pasada a esta?

-La clave ha sido el cuerpo técnico. Tanto el míster como el resto conocen mucho la categoría y te transmite mucha confianza y tranquilidad. Sin duda son una de las claves.

No ha tenido muchos minutos, pero sí que ha recibido palabras bonitas tanto de Jagoba como de Braulio, ¿cómo le sienta eso?

-Cuando tienes un rol en el que no gozas de tantos minutos y el míster o Braulio dicen cosas buenas de ti es algo que te sirve para seguir trabajando duro. Mi rol ha sido diferente pero en ningún momento me he sentido fuera del grupo.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

-Si hace mucho frío me quedo en casa (se ríe). Cuando hay buen tiempo me gusta visitar lugares de por aquí que son muy bonitos.

Alguna promesa con el ascenso...

-No hay promesa (se ríe). Ustedes están pensando en que haga algo en el pelo, pero será según me dé. Creo que me haré algo, que llevo demasiado tiempo con el pelo así y qué mejor que un cambio con el ascenso.