pamplona - Osasuna afronta mañana una semana que finalizará el sábado con el primer partido liguero en Butarque, que será el comienzo de la trigésimo octava andadura rojilla en la máxima categoría nacional, habiéndose transcurrido 65 días después de que Oier alzase al cielo de Pamplona el título de campeones de Segunda División.

Sin embargo, a pesar de la expectación generada por volver a pelear con los grandes, el último partido veraniego ha puesto a Osasuna en aviso de lo que se va a encontrar en cuanto vuelva a rodar de nuevo el balón. La Real Sociedad dio a los rojillos la bienvenida a la Primera División a modo de toque de atención, un aviso a navegantes de que conseguir la permanencia no va a ser coser y cantar.

Osasuna se vio superado en Irun por un equipo cuyas aspiraciones esta temporada, lógicamente, son mayores que las de los rojillos. Sin embargo, los logros deportivos de la entidad rojilla van a depender, al igual que en el curso anterior, de los resultados que obtenga en El Sadar, del cual consiguió hacer un fortín inexpugnable al ganar 19 de los 21 encuentros que se disputaron, los 17 últimos de manera consecutiva. En esta temporada histórica, Osasuna ha presentado unos números que se van a ver lejos de repetirse esta temporada, pues El Sadar va a recibir clubes potencialmente superiores.

Sin embargo, ilusión en la parroquia rojilla no va a faltar. Prueba de ello es la numerosa multitud que se desplazó hasta Tajonar para presenciar el primer entrenamiento en San Fermín e, incluso, el gentío que llenó hasta la bandera la ciudad de entrenamiento rojilla para presenciar el partido de entrenamiento entre la primera plantilla y el filial, en el que se evidenció la falta de rodaje fruto del periodo de inactividad.

En Urritxe ante el Amorebieta se comprobó la falta de rodaje, aunque Osasuna mostró dos caras en la goleada por 2-5 ante un rival de Segunda División B, la misma en la que va a competir el filial, que plantó cara a los pupilos de Jagoba Arrasate hasta que se les acabó la gasolina.

En Ólvega, en el regreso de Javi Martínez a su casa, Osasuna tropezó por primera vez. Los de Arrasate no solamente cayeron por 3-1 ante el Numancia sino que, además, Fran Mérida tuvo que retirarse antes de tiempo por un golpe que le impidió formar parte de la expedición que viajó a Holanda para disputar los dos próximos encuentros. A la ausencia del catalán se unió a las de Juan Villar, que presentó un proceso vírico, y Rubén García, que con unas molestias en el pubis se cayó de lista a última hora. Ambos jugadores llenaron una enfermería en la que se encontraban Unai García, Kike Barja e Íñigo Pérez, lesionados de gravedad, y Javi Martínez, que presentó una sobrecarga en el cuádriceps.

La expedición rojilla volvió de Holanda con dos victorias y los jugadores fueron sumando más minutos a sus piernas. Además, la presencia de los jugadores del filial, que sustituyeron a los lesionados, no desentonaba dentro de la imagen mostrada por el equipo.

Osasuna cerró su pretemporada ante el Eibar y la Real Sociedad, dos equipos del máximo nivel a los que se va a enfrentar en unas semanas. Después de una prueba notable ante el conjunto armero, los donostiarras pusieron a los rojillos los pies en el suelo en forma de aviso. Ahora, después de tener el fin de semana para desconectar, los rojillos se centrarán desde mañana en preparar el primer partido de Liga. La pretemporada ha terminado, que empiece lo bueno.