Pamplona - Osasuna sumó otro punto en su carrera por lograr la permanencia en Primera y el descuento de ese punto es la única conclusión feliz del estreno en El Sadar. El Eibar, un rival físico y menos atrevido de lo previsto, le planteó al equipo de Arrasate una buena prueba para su condición de local, un estatus en el que los rojillos rozaron la gloria en el curso anterior, en Segunda, en un torneo que evidente es otra cosa.

En un partido con pocas ocasiones de gol y no muchas ideas para incomodar a su rival, rojillos y armeros se vieron abocados a un desenlace sin movimientos en el marcador, como mucho a alguna alteración en algún chispazo imprevisto. Chimy Ávila, decisivo en la primera jornada, también rozó el gol ayer pero en esta ocasión la brega del argentino no fue recompensada. El Eibar, con evidentes síntomas de que está en fase de acoplamiento y rodaje, ni siquiera remató entre los tres palos en una tarjeta de presentación en El Sadar alejada de los equipos de Mendilibar, con mucho más picante, llegadas, capacidad para hacer peligro.

La ilusión de los rojillos soñaba un partido vibrante, al final con los tres puntos en el zurrón aquí, pero Osasuna también está rellenando sus niveles de competitividad, de habilidad para estar en Primera y esto requerirá su tiempo y sólo se irá puliendo a cada jornada, a cada lección que ofrece el campeonato, porque a cada jornada habrá. Los dos equipos con los que se ha medido Osasuna han demostrado que todo el mundo circula más rápido y las puertas se cierran con más facilidad en todos los terrenos. Mayor velocidad para pensar y ejecutar, no queda otra. Lo que parece claro por el momento es que Osasuna ha echado el cerrojo a su portería. Dos partidos sin encajar gol en Primera es la botella medio llena que se ve en este inicio del torneo. Marcar un gol tampoco es asunto por ahora para la consideración porque no es Osasuna equipo de goleadas y menos aún en este campeonato, donde sólo se explayan los grandes.

Cuando el fútbol se programaba de forma más decente y el agosto era para el esparcimiento de los torneos de verano -en horario nocturno siempre-, no cabía en la cabeza de aficionados y futbolistas las barrasadas éstas de jugarse los puntos en medio de un calor asfixiante. Deseosos de un partido al galope, a Osasuna y Eibar también les pasó factura lo que apretó el termómetro, en que las dos pausas para hidratación, una en cada tiempo, se antojaron incluso pocas y cortas. Hasta hidrataron al público con agua, removida la conciencia de los organizadores de los encuentros ante lo que se les venía encima. Todo incidió en este empate.

Por eso también, dos equipos con bríos, pero aún en periodo de rodaje, fabricaron una primera parte con más tiempo con el balón por el aire o sin dueño que diseñando algún trámite por el césped. Muchas interrupciones, casi tantas como imprecisiones, hicieron que no se trenzaran ni media docena de acciones con apoyos. En este fútbol aéreo y confuso, sin embargo, Osasuna sí fue capaz de merecerse algo más. Mientras el único remate del Eibar lo firmó Moncayola cuando un balón rechazado en su cuerpo acabó en manos de Rubén, los rojillos tuvieron en sendos disparos del propio canterano y del capitán, Roberto Torres, dos acciones que estuvieron muy cerca del gol. Chimy Ávila sí hizo uno, pero un fuera de juego por los pelos lo invalidó.

Con más méritos en la primera parte, con una reaparición en la segunda con más sosiego, Osasuna no tardaría en firmar la oportunidad más clara del encuentro. Pasados los diez minutos de la reanudación, el fútbol a la estampida de Chimy estuvo a punto de cobrarse el gol tras un centro de Marc Cardona. Dmitrovic, el portero del Eibar, sacó uno de esos reflejos que sólo guardan los metas para soltar una mano que evitó un gol cantado.

Osasuna pareció crecer por las bandas, con más llegadas y más problemas para el Eibar, pero no hubo ocasiones, como tampoco nunca las tuvo claras el conjunto guipuzcoano. Ni siquiera el balón parado, en un par de faltas concedidas por Osasuna en las inmediaciones de su área, le sirvieron para inquietar a un Rubén de fiesta.

Los dos días de aprendizaje tras el retorno a Primera, con futbolistas en periodo de adaptación y otros con apariciones mínimas por las circunstancias iniciales del campeonato, se han saldado con cuatro puntos. Descontando van.

OsasunaEibar

2Tiros a puerta1

2Tiros fuera6

3Ocasiones de gol0

15Faltas cometidas14

29Balones al área21

6Córners6

4Fueras de juego1

48%Posesión52%

1Intervenciones del portero2