Madrid. Un tanto de Vinicius, ocho meses después, puso en ventaja a un Real Madrid plagado de rotaciones de Zinedine Zidane, ante Osasuna al descanso, tras una primera mitad repleta de igualdad.

Fue en el minuto 36 cuando pareció Vinicius con papel de salvador. Recibió algún silbido a su descaro, cuando perdió la pelota regateando, y lo compensó con un derechazo desde la frontal que se benefició del toque de la defensa rival para crear una parábola imparable. En su celebración, conteniendo como pudo las lágrimas, sacó a relucir la ansiedad que sufría por no marcar. Ocho meses sin hacerlo y muchas oportunidades desaprovechadas en la gestación de un problema que encaró con firmeza.

Se liberó el brasileño que de golpe, pasó a ser el referente del pasado curso en las jugadas de ataque. La pidió siempre, encaró, volvió a chutar buscando el doblete y un pase de la muerte que no encontró rematador.