pamplona - En el minuto 36 de partidp, Chimy Ávila pegó un balonazo a ninguna parte, al pamplonés cielo de El Sadar. El zapatazo fue recogido sin problemas por Asenjo, que aparentó zaguero de un equipo de rugby al recibir la pelota caída desde muy alto. El delantero de Osasuna no quiso emular a un avispado apertura que mete jugadores y metros en el campo del rival, sino que fue un gesto entre rebelde y desesperado, en esos minutos en el que su pugna sin tregua no estaban conduciendo a casi nada.

Chimy Ávila le ha dado la razón a Jagoba Arrasate. El técnico ha sido el más templado a la hora digerir anteriores partidos con un montón de oportunidades y nulo acierto en forma de gol. El entrenador reflexionaba hace unos días con calma e insistía que lo importante era generar ocasiones y que con un comportamiento normal en partidos similares tendrían que llegar los goles. Chimy es el ejemplo de la perseverancia y profundización en los modos. El delantero lleva dos goles en su cuenta personal, pero las dos dianas le han dado a Osasuna seis puntos, dos victorias, no hay premio mayor. Dos latigazos característicos del fútbol acelerado del delantero argentino han llevado al conjunto rojillo a saborear el triunfo, a recaudar por fin tras tantos méritos contraídos. Según las estadísticas oficiales de la Liga, el osasunista es el cuarto jugador del campeonato que más dispara a puerta -10 remates-, superado sólo por Benzema, Oyarzabal y Gerard Moreno.

El atacante argentino, 25 años, ha marcado en sus dos temporadas en el fútbol español -las dos anteriores a fichar por Osasuna, ambas en el Huesca- siete -en Segunda División- y 10 goles -en Primera-. Delantero de referencia y pulmón siempre lleno de este equipo, camina con paso firme en Osasuna y al margen de apuntar un promedio interesante de goles, no cabe duda de que ya empieza a reclamar su carácter decisivo para la resolución de los partidos.

Osasuna pagó 2,7 millones al San Lorenzo de Almagro por hacerse con sus servicios y tiene contrato hasta junio de 2023. Su cláusula de rescisión asciende a 25 millones de euros y en el acuerdo de traspaso, el club pamplonés pagará 600.000 euros al argentino en función de la consecución de unos objetivos y habrá la compensación de un millón más si Chimy es traspasado en el futuro por una cifra superior a 15 millones de euros.