A Jorge Molina le preguntaron ayer si tenía una amistad íntima con Xavi Torres, Jordi Figueras y Antonio Amaya, los tres exjugadores del Betis acusados de corrupción deportiva en el juicio del caso Osasuna que se está celebrando las últimas tres semanas en el Palacio de Justicia de Navarra. La cuestión se la planteó la fiscal y el delantero, que en la temporada 2013-14 coincidió con ellos en la plantilla del club verdiblanco, respondió que “no diría íntima”, matizando además que con Amaya no tenía tanta, y algo más con Torres y Figueras. A Molina, que en la actualidad sigue metiendo goles con el Getafe, también le invitaron a decir si solía tomar algo con ellos después de los entrenamientos, y el atacante puntualizó que “con ellos y con otros compañeros de la plantilla”. Y como faltaba por concretar dónde, la fiscal se interesó por si esas quedadas se producían habitualmente en el bar Filomena de Sevilla, a lo que el futbolista dijo que “podía ser ahí o en cualquier otro local de la zona”.

No es ésta una cuestión baladí, ya que la Policía reunió en su día los indicios necesarios para situar juntos a Amaya, Figueras y Torres en el bar Filomena el 16 de mayo de 2014, fecha del supuesto pago de los 400.000 euros al Betis por ganar al Valladolid. Los tres se sientan ahora en el banquillo de los acusados, mientras que Molina declaró ayer como testigo -lo hizo por videoconferencia desde el juzgado de Getafe-, aunque estuvo imputado durante la primera fase de un procedimiento del que finalmente fue excluido.

En cualquier caso, Jorge Molina negó ayer que tanto él como los tres acusados se reunieran con directivos o empleados de Osasuna para pactar primas o amaños de partidos, y también que debatiera con Amaya, Torres y Figueras la posibilidad de negociar con representantes del club navarro el arreglo de partidos. Del encuentro Betis-Valladolid, que acabó con triunfo verdiblanco (4-3), dijo que fue “un partido normal y de acuerdo a las normas”, aunque también lo calificó de loco porque “hubo muchos goles”. Recordó a su vez que hizo uno de ellos (marcó el 2-2), que el tanto de la victoria “fue en el último minuto y de falta muy lejana” y que el Valladolid tuvo más ocasiones, destacando que “podría haber marcado más goles”. En cambio, del Osasuna-Betis, que también aparece en los escritos de acusación de la causa, solo pudo decir que no jugó “porque me lesioné en el anterior partido”.

A Jorge Molina también le preguntó la fiscal por una transferencia de 2.935 euros que le hizo Antonio Adán el 26 de mayo de 2014, seis días después del Osasuna-Betis, a lo que el delantero le contestó que correspondía a una deuda de póquer. “Jugábamos en los viajes y en los hoteles para pasar las horas muertas y era una deuda que tenía conmigo. Lo hicimos así porque no teníamos nada que ocultar”, dijo sobre el pago de Adán, que el pasado miércoles también tuvo que dar explicaciones sobre un intercambio de transferencias con Jordi Figueras, uno de los acusados. La justificación del guardameta: un error al ingresarle el dinero de su regalo de boda.- E.C./J.L.