- Hay dos medicamentos baratos, eficaces y que todos tenemos en casa: agua y jabón.

Al contrario de lo que sucede en otros casos, la interacción entre estos remedios no solo no es nociva, sino que se recomienda vivamente: mezclados, el agua y el jabón adquieren propiedades milagrosas. Son capaces, incluso, de acabar con un virus. Aunque lleve corona.

Su poder tiene que ver con la bicapa lipídica, esa membrana que rodea al virus y que es impermeable al agua pero que, en contacto con el jabón, se disuelve.

Basta con haber puesto una lavadora para saber que el jabón elimina la grasa. Si lo empleamos para acabar con la bicapa (porque es doble) lipídica (grasienta) que rodea al virus, este se vuelve inactivo. Adiós, virus.

Como si fuéramos niños, la pandemia del coronavirus ha obligado a pequeños y grandes a aprender de nuevo cómo hay que lavarse las manos: con agua y jabón, al menos durante 60 segundos, frotando minuciosamente palmas, dorso y dedos, antes de enjuagarse y secarse con una toalla desechable, que emplearemos también para cerrar el grifo.

Las instrucciones no son nuevas, como no lo son los virus y las epidemias.

En 2009 fue la gripe A. También, como el coronavirus, fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud, en junio de 2009. No perdió esa consideración hasta agosto de 2010.

Entonces, como ahora, las autoridades subrayaron la necesidad de lavarse las manos con frecuencia para evitar el contagio. Y de lavárselas bien.

Para convencer a los ciudadanos de la importancia de esta sencilla medida, algunos rostros populares colaboraron con las autoridades sanitarias en campañas de concienciación. El Club Atlético Osasuna se sumó a la causa.

La entonces consejera de Salud de Navarra, María Kutz, acudió a las instalaciones deportivas de Tajonar, donde se entrena habitualmente Osasuna. En el vestuario la esperaban la plantilla y su entrenador, José Antonio Camacho, que se subió las mangas de la sudadera, abrió el grifo del lavabo, se enjabonó y, con la consejera en idéntica actitud, posó para las cámaras con la esperanza de que los aficionados aprendieran la lección.

El portero Ricardo López se unió con retraso a la escena y sus compañeros le recibieron entre bromas: Dady, Roversio y Andrés Fernández se reían, Sergio Fernández le aplaudía y el uruguayo Walter Pandiani charla con otros compañeros.

También la consejera de Deportes, Maribel García Malo, se lavó las manos con Camacho y luego con el capitán rojillo Patxi Puñal.

Osasuna había tenido en su vestuario un caso de gripe A, el del internacional húngaro Krisztian Vadocz, quien se recuperó en poco tiempo y sin complicaciones.

Empiezan ahora a conocerse casos en todo el mundo de deportistas afectados por el coronavirus. El contagio parece fácil en un colectivo que comparte vestuario, ducha, mantel, viajes y habitación. Pero también lo es para quien comparte aula, ordenador, plancha, secador o llave inglesa. Para todos, lavarse las manos, pero lavárselas bien, es la mejor prevención. Con un par de manos limpias, al virus se le quita hasta la corona.