- Aunque en Alemania las medidas de confinamiento para frenar la propagación del coronavirus no son tan exhaustivas como en España y los ciudadanos pueden incluso salir a la calle a practicar deporte, el exjugador de Osasuna Lucas Torró (Cocentaina, Alicante, 19/7/1994) ha tenido que pasar un riguroso aislamiento de 14 días (entre el 20 de marzo y el 2 de abril) en su domicilio de Frankfurt, la ciudad del que desde el verano de 2018 es su equipo, el Eintracht, tras dar positivo por COVID-19 uno de sus compañeros.

“Desde el club nos dijeron que nos ponían a todos en cuarentena durante dos semanas y que los extranjeros no podíamos regresar a nuestros países”, relata el que fuera futbolista rojillo durante la temporada 2017-18 (en Segunda División). Añade que, “como yo estaba solo, no podía salir de casa para nada”, pero matiza que ha contado con la ayuda del club, que “nos iba mandando el trabajo del día a día a través de una aplicación y nos facilitó una bicicleta estática para poder completar los entrenamientos. Además, nos controlaba a través de un reloj con pulsómetro y, como no podía salir de casa ni para comprar, el cocinero del equipo preparaba desayunos, comidas y cenas que nos traían a casa, aunque prácticamente no he cogido nada porque me gusta cocinar y ahora tengo bastante tiempo libre”. Pero, ¿cómo conseguía los ingredientes sin poder salir a la calle? Torró responde: “Me hacían la compra mi vecina, mi profesor de alemán...”. Solidaridad pura y dura.

Confiesa el exfutbolista de Osasuna que en el equipo todos conocen la identidad del contagiado y que ya se encuentra recuperado, pero que el club prefirió mantener su nombre en el anonimato. También revela que a todos los futbolistas del Eintracht les hicieron el test inmunológico después de conocerse el positivo y que repitieron experiencia antes de reincorporarse el viernes a los entrenamientos “por pequeños grupos, manteniendo la distancia de seguridad y sin coincidir mucha gente en las instalaciones”.

A Lucas Torró le ha tocado pasar la cuarentena sin compañía porque “mi chica, que vive en Alicante, iba a venir a Frankfurt, pero al final no pudo porque se decretó el estado de alarma en España y se quedó allí por responsabilidad”. Para superar la soledad y derrotar al aburrimiento, el exrojillo dice que “he intentado llevar un orden y hacer cosas a las que antes no dedicaba tanto tiempo, como estudiar alemán, leer, hablar con gente a la que había perdido la pista... Cosas para que todo sea menos duro”. También preocuparse por su familia: “Mis padres, por edad, pertenecen al grupo de riesgo y están cumpliendo la cuarentena en casa, donde viven solos, al igual que mis siete hermanos, cada uno con su familia. De momento están todos bien, pero ves los números y es una locura”. Y es que a Torró le preocupa la situación en España: “Sigo las noticias y la verdad es que cada día hay más muertes (pese a que ayer fue el día con menos fallecidos, 674, desde el 26 de marzo) y parece que no llegamos al pico. A ver si dentro de poco empezamos a estar mejor y esto pasa cuanto antes”.

Al exjugador de Osasuna tampoco le importa hablar sobre las rebajas salariales que algunos clubes ya han pactado con sus jugadores (es el caso del club navarro) y que se avecinan en equipos de las Ligas de todo el mundo, incluida la Bundesliga: “Es un tema general de todos los clubes y es comprensible. Hay que ayudar en ese sentido”. Y es que el futbolista del Eintracht se muestra consciente de que la pandemia va a provocar una crisis económica a todos los niveles, aunque se encarga de destacar que “los que más van a sufrir son los trabajadores y las pequeñas empresas”.

Para terminar la conversación telefónica con este periódico, Torró hace un resumen de los casi dos años que lleva en Alemania, en los que las lesiones le han lastrado: “Empecé bien hasta el problema de pubis por el que tuve que operarme y que me hizo perderme casi toda la primera temporada. Y ésta también jugué de inicio las previas de Liga Europa, pero luego, por decisiones técnicas, no jugué hasta final de año, que fue cuando empecé a meter otra vez la cabeza, hasta que me rompí el ligamento interno de la rodilla. He estado tres meses de baja y ahora surge esto. Es un obstáculo más, pero el fútbol pasa ahora a un segundo plano”. Dice que sigue a Osasuna y que celebra sus éxitos y así contesta sobre un hipotético retorno: “Fui feliz, pero nunca se sabe”.

“Al vivir solo y no poder salir de casa, me hacían la compra mi vecina y mi profesor de alemán”

“Ves las cifras de muertes y es una locura; el fútbol pasa ahora a un segundo plano”

Jugador del Eintracht de Frankfurt