Dos años cuarenta fueron inestables para todos, también para los inquilinos del banquillo, que se sucedían uno tras otro. El 5 de agosto de 1946 El Mundo Deportivo informaba que Osasuna había llegado a un acuerdo con Amadeo Labarta, quien en la campaña anterior preparó a la Gimnástica Burgalesa. Amadeo, como era conocido, jugó once temporadas en la Real Sociedad y participó con España en los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928. El cronista Miquelarena le apodaba Indio bravo y Félix Bolico Ilundain aseguraba que "grandes jugadores de la época le tenían miedo en el campo de juego". Su paso por los banquillos fue fugaz; dirigió a Osasuna dos temporadas, en las que no le sacó de Tercera, y lo dejó.