La presente temporada es muy especial para Osasuna por varios motivos. Además del centenario, que quedará ensombrecido por el hecho de que la afición no pueda todavía acudir a El Sadar, el principal motivo de ilusión es la reforma del estadio -aunque obviamente el virus también provoca que los osasunistas tengan que esperar para disfrutar de su nueva casa-.Osasuna no va a tener un estadio nuevo en términos estrictos, aunque va a ser difícil verlo reformado y reconocer el viejo Sadar, tanto por fuera como por dentro. Al menos en lo estético, porque el proyecto se centró en mantener la esencia de El Sadar: verticalidad, sonoridad y cercanía al jugador. En definitiva, un ambiente imponente. El Sadar tiene que ser un estadio que ayude al osasunismo a empujar cada fin de semana a su equipo -y a acongojar en la medida de lo posible a los rivales-, y parece que el nuevo Sadar cumple con todo ello.

Entre sus características, el estadio ampliará su aforo hasta las 23.500 localidades, aproximadamente 5.500 más que antes. Además, contará con 1.300 asientos rail seat -asientos que tienen un cierre que hace que puedan permanecer plegados y sean cómodos para ver el partido de pie, así como con una barra antiavalanchas-, que formarán la Grada Muro, en Graderío Sur. Otro de los elementos diferenciadores de El Sadar será su verticalidad, ya que las nuevas gradas tienen una inclinación del 40 por ciento.

a vueltas con las fechas Con lo que el club no contaba es que 2020 no sólo iba a ser el año del centenario, o el año del nuevo estadio, sino que también iba a ser el año de la covid-19. Y, como no podía ser de otra manera, esta circunstancia afectó y está afectando a la reforma. En primer lugar, las obras -que habían estado en proceso toda la temporada, en la medida de lo posible- se pudieron abordar con más profundidad antes de lo previsto.

Sin embargo, también hay que recordad que toda actividad no esencial estuvo parada dos semanas. En el caso de la reforma, las obras estuvieron paradas ocho días laborables. Además de eso, el último partido de Osasuna en El Sadar fue el 17 de julio, lo que retrasó la retirada del césped, condición para que las grúas pudieran trabajar desde el interior.

En medio de todo este lío, Osasuna decidió reformar la cubierta de Preferencia, que en principio no se iba a hacer. "Fue el cambio más importante y seguramente el momento más complicado de la reforma", como comenta Héctor Morales, director técnico de VDR, si bien también asegura que en todo momento constructora y club fueron de la mano y decidieron que era lo mejor. "El resultado es brutal".

En cuanto a plazos, Morales cree que no se alteraron demasiado, a pesar de que está claro que tuvieron que amoldarse a la situación. "Lo comido por lo servido", comenta Morales.

Ahora hay dos fechas importantes en el horizonte. En primer lugar, Osasuna juega su primer partido como local el fin de semana del 26 y 27 de septiembre, ante el Levante. Si bien el equipo ya jugó en El Sadar durante los meses de junio y julio, mientras las obras iban a buen ritmo, a día de hoy todavía no hay césped en el estadio. Sin embargo, este se colocará la próxima semana, y para ese fin de semana no habrá problema para que los rojillos jueguen en El Sadar.

Además, se dejará un pequeño carril cercano a la grada de Preferencia para que operar desde dentro del estadio siga siendo posible -la estructura de la cubierta de dicha grada todavía no está colocada-. Héctor Morales incluso afirma que a día de hoy El Sadar ya tiene "cubiertas la mayoría de necesidades" y que el estadio "podría acoger público hoy", a pesar de que todavía falta para terminar la obra.

Por otro lado está el centenario, el 24 de octubre. No está previsto que la obra esté totalmente terminada para la cita, aunque el hecho de que no vaya a poder acudir público le resta importancia. Sí que estará terminada toda la estructura del estadio -cubierta incluida-. La constructora prevé que las obras finalicen para finales de noviembre, con el revestimiento de las nuevas gradas y la cubierta.

CRONOLOGÍA

24 FEBRERO DE 2019

Los socios votan mayoritariamente por la reforma integral y por el proyecto 'Muro Rojo'.

24 JUNIO DE 2019

Comienza la reforma de El Sadar. Por el momento, la remodelación afecta únicamente a Preferencia.

13 ABRIL DE 2020

Se retoman las obras de El Sadar, tras haber estado cerca de dos semanas paradas por el cese de la actividad no esencial a causa de la crisis de la covid-19.

23 ABRIL DE 2020

El club anuncia que se reformará por completo la cubierta de preferencia para construir una única cubierta que cierre todo El Sadar.

27 SEPTIEMBRE DE 2020

Primer partido de la Liga 2020-21 en El Sadar. La semana que viene se colocará el nuevo césped para que llegue en perfectas condiciones a la primera cita de Osasuna como local.

24 OCTUBRE DE 2020

El día del centenario de Osasuna. Según está previsto, la estructura del 'nuevo' estadio -con la cubierta y la grada por completo- estará terminada, y solo quedará por colocar el revestimiento de las nuevas gradas y la cubierta.

30 NOVIEMBRE DE 2020

La constructora prevé que las obras de El Sadar estén terminadas para finales de noviembre.

DESPUÉS

El nuevo Sadar, ya después de la modificación del proyecto por la reforma de la cubierta de Preferencia. El estadio tendrá finalmente capacidad para 23.500 espectadores y en su estética destaca el revestimiento metálico, que permite la visión de la calle y también lo hará en dirección contraria, pudiéndose ver a los aficionados desde los aledaños del campo y creando una especie de balcón en el segundo piso.

ANTES:

Vista de pájaro de El Sadar antes de la reforma, con la característica Tribuna de Preferencia alta y su cubierta. Esta fue la última gran reforma del estadio antes de la actual. Se llevó a cabo con un costo de 561 millones de pesetas, precio que asumió la Liga de Fútbol Profesional, en el marco del plan de saneamiento del que Osasuna en un principio había quedado al margen por tener sus cuentas en regla. El estadio tenía un aforo de 18.000 localidades.