La voz de El Sadar, el animador Eduardo Díaz Lasa, se declara "huérfano" al no poder contar en esta situación de pandemia con el calor de la afición de Osasuna que acudió por última vez al estadio el 8 de marzo de este año.La inconfundible voz del estadio rojillo desde febrero de 2016 confiesa en declaraciones a Efe que, "cuando ves que una sola persona es un pelín más feliz por algo que tú has hecho, te llenas. Un día me reconocieron por la voz y me hizo mucha ilusión".

Desde que este pamplonés de 43 años se encarga de la animación y de cantar los goles que se viven en El Sadar, el templo rojillo ha escuchado su potente grito en 136 ocasiones. Se estrenó en un encuentro de gran rivalidad, un Osasuna-Zaragoza en febrero de 2016.

"Mi gol soñado sería el que significase un título. Daría igual si se tratara de la Copa del Rey, de la Europa League o, incluso, de la Champions, algo que veo más complicado, aunque nunca se sabe", comenta entre risas sobre el tanto que más le gustaría cantar con su micrófono.

"Cuando no consigues conectar con la grada es una tragedia, pero si lo haces, llegas al éxtasis. Es una gozada", explica el socio número 1566 sobre su hobby.

"Todos los goles de Osasuna son una explosión de alegría, aunque vayamos 0-5, porque nunca nos rendimos y, en El Sadar, los milagros son posibles", opina con orgullo un "rojillo hasta el tuétano".

Con la situación generada por la covid-19, que impide que los estadios puedan albergar público, la emoción de cantar los goles se ha visto reducida, ya que "el principal activo cuando hay gol es que la afición interactúe conmigo gritando el apellido del jugador".

Por ello, ha optado por orientar "totalmente" ese feedback hacia el futbolista a través de guiños con los protagonistas del verde refiriéndose, por ejemplo, a Rubén García como "el Joker".

"Tanto yo, como nuestro casillero de puntos, echamos mucho de menos a nuestra afición", dice el maestro de ceremonias de El Sadar, antes de opinar que esta temporada se podrían haber logrado más puntos de haber contado con un estadio lleno ante Huesca, Levante o Atlético de Madrid.

Antes de llegar hasta aquí, su inquietud le llevó a trabajar en diferentes radios navarras en las que se curtió en el mundo de la comunicación tras estudiar Humanidades. Retransmitió partidos de Osasuna en Punto Radio, y actualmente es experto en contabilidad analítica, además de formar a los trabajadores, jefes de obra y técnicos de Obenasa a nivel nacional e internacional.

"Parece que ostento el récord de haber vivido dos ascensos, un descenso y una permanencia en Primera División en tan poco tiempo", indica.

"Lo que me gusta es la radio; comunicar. No me gusta que se me vea mucho, refiero que se me oiga", destaca antes de aceptar que siempre ha sido "un poco payasete".

Sobre la reforma del estadio, cree que, a pesar de no contar todavía con el sistema definitivo de audio, "los altavoces provisionales acompañados de la verticalidad del estadio hacen que el sonido sea muy envolvente; y con todo ello va a ser una sobrada, una fortaleza". Asegura del antiguo Sadar que "los gritos salían del propio hormigón" que lo componía.

Recuerda con cariño alguno de los goles que más ha celebrado. Además de "cualquiera contra el Madrid, que molan mucho más que el resto", rememora el tanto de Maikel Mesa en la ida de la final del Play Off de ascenso a Primera ante el Girona que le dio la victoria a Osasuna por 2-1.

Como aficionado, recuerda especialmente el gol de Nekounam al Girondins justo antes de finalizar la prórroga en la copa de la UEFA, que dio a los rojillos el pase a octavos de final en una competición en la que terminaron cayendo ante el Sevilla en semifinales.

"Con un gol de Unai García en el año del ascenso, reventé la megafonía; el sistema petó", relata antes de asegurar que, después de una goleada, "la voz está más cascada porque no hay que guardarse nada".

Díaz comenta que cuenta con "colegas" del gremio, y que es integrante de un grupo de WhatsApp compuesto por la mayoría de 'speakers' de Primera y Segunda, en el que comparten experiencias y anécdotas en el día a día.

"Los tantos de penalti son los más sencillos de cantar, porque te los esperas, a diferencia de los de córner, que en ocasiones impide saber quién ha sido el artífice, hasta que lo abrazan todos", agrega el animador antes de anotar que le gustaría cantar un tanto "de chilena o de escorpión, algo para lo que el Chimy Ávila está capacitado".