Osasuna afronta un mes de diciembre trascendental para su futuro en la Liga. Tras cerrar un aciago noviembre el pasado domingo con su peor goleada del curso (4-0 en el Camp Nou contra el Barcelona) y después de sumar únicamente 1 punto de los últimos 12 posibles, la distancia del conjunto navarro con la zona de descenso se ha reducido casi a la mínima expresión (1 punto), por lo que los rojillos deben reaccionar en los últimos cinco partidos ligueros del año con el reto de cortar su mala racha de resultados y desahogar su situación clasificatoria.

Tras perder consecutivamente contra tres rivales que compiten en la Liga de Campeones (1-3 con el Atlético de Madrid, 1-0 en Sevilla y 4-0 en Barcelona) y entre medias ceder un empate en El Sadar (1-1) ante el colista Huesca, el único equipo de Primera División que aún no conoce la victoria, Osasuna aspira a hacer borrón y cuenta nueva en diciembre, un mes cargado de partidos y que para los rojillos comienza este domingo en El Sadar con la visita a partir de las 16.15 horas del Betis.

La buena noticia para Osasuna es que tres de los cinco partidos que va a disputar para cerrar el año los va a jugar a en El Sadar, pero la mala es una ya conocida, y es que el equipo de Jagoba Arrasate no podrá contar con el apoyo presencial de su afición por eso de que los estadios siguen cerrados al público por culpa de la pandemia de covid-19. Los rojillos necesitan hacerse fuertes en su feudo, donde consiguieron su última victoria (1-0 ante el Athletic el pasado 24 de octubre, el día del centenario del club navarro), pero donde encadenan dos compromisos sin conocer el triunfo.

Sus rivales en casa van a ser de todos los tipos: el primero, un Betis diseñado para pelear por entrar en Europa pero cuya irregularidad le está condenando en este inicio de temporada a coquetear con la zona baja de la clasificación; el segundo, un Villarreal que ocupa el tercer escalón del podio de Primera y al que Unai Emery está haciendo funcionar a marchas forzadas; y el tercero, para despedir 2020, un Alavés que el pasado sábado ganó al Real Madrid en Valdebebas y, aunque le costó arrancar, ha puesto la directa para abandonar cuanto antes los puestos comprometidos de la tabla.

Más asequibles parecen los dos compromisos ligueros a domicilio que le esperan a Osasuna en diciembre: el primero, tras recibir al Betis, en Valladolid, donde se va encontrar con un equipo irregular y con problemas porque tiene un punto menos que los rojillos; y el segundo, un Elche al que no le está pesando su condición de recién ascendido (fue el último en subir en una promoción que se resolvió casi a finales de agosto) y que suma 13 puntos en 9 partidos, aunque los dos que tiene pendientes son en el Camp Nou y en casa ante el Sevilla. De propina, el cuadro navarro visitará al Tomares sevillano de categoría regional a mitad de mes en su primera eliminatoria copera, aunque lo que más le interesa a Osasuna es la Liga. Antes, ahora y siempre.