Andaba Osasuna en busca de una identidad pérdida, algo difusa, tras los éxitos pasados. El equipo que se había visto el último mes no se acercaba a uno entrenado por Arrasate. Hasta Elche. Osasuna puede quedarse con la injusticia de que no se llevase los tres puntos de su visita a la capital ilicitana.

Y con razón. Los rojillos fueron superiores. En ocasiones claras, Osasuna tuvo para hincharse a marcar. Pero esto no va de merecimientos, va de puntos. Y por ahí se escapan ciertas ansiedades reflejadas en varias caras que desaparecerán cuando el equipo se quite esa presión. Asunto que se hace ganando, por ejemplo, al Alavés.

Pero para lograr esto, Arrasate y su equipo no debe de abandonar su ser. Parece, o por lo menos hasta ahora, que eso se consigue con un solo delantero y reforzando el centro del campo. Ayer Calleri realizó una gran labor jugando de espaldas a la portería pero sin tener que recoger todos los balones del espacio aéreo.

Parece que el argentino se coloca como referente en ataque mientras que Budimir apunta a revulsivo. Veremos si el croata puede igualar el trabajo del argentino, pero de momento el ariete tiene pinta de ser el argentino.

Otro que ayer dio un paso adelante fue Moncayola. El canterano se echó al equipo a los hombros y realizó un despliegue excepcional. Su cambio, fruto del cansancio, en El Sadar en otros tiempos habría supuesto un aplauso de órdago.

Pero Osasuna falló lo que no puede permitirse en ambas porterías. Esto es Primera división, no puedes fallar tanto en área contraria y luego cometer un error en la propia como el del segundo gol. Todo eso se paga, pero es más fácil de corregir que lo que estaba pasando en partidos anteriores.

Hasta aquí. Ahora pasamos a hablar del árbitro. Sí, hace pocos días en estas mismas líneas escribí que no había que centrarse en eso, pero en Elche, de nuevo, volvió a ocurrir un arbitraje rozando el despecho. Inconcebible que el penalti a Calleri no se pite cuando semanas atrás a Roncaglia se le castiga con eso una jugada similar. Así no se puede competir.