Con el cierre de cualquier mercado llega el pertinente balance de las operaciones que se han llevado a cabo en la ventana. En el caso de Osasuna, éste ha sido un mercado tranquilo, en el que ningún movimiento ha sido inesperado.

Así las cosas, por las manos de Braulio Vázquez han pasado dos llegadas -una de ellas deseada desde hace tiempo- y dos salidas. El poco margen salarial con el que contaba Osasuna ha evitado que el club tirase la casa por la ventana y acometiera alguna operación desorbitada.

En el apartado de salidas, dos de los jugadores con menos minutos de la temporada jugados han salido del club. Brandon, que ha reaparecido esta temporada después de recuperarse de su lesión de ligamento cruzado, se fue al Leganés en calidad de cedido y sin opción de compra por parte del club pepinero. Su máximo valedor del club albiazul, José Luis Martí -que fue quien lo tuvo en el Girona la pasada campaña- fue cesado a la primera de cambio y su sustituto, Asier Garitano, le dejó sin minutos en su primer partido al frente del banquillo pepinero.

Desde la Comunidad de Madrid ha llegado a Osasuna un viejo anhelo de la dirección rojilla. De hecho, Manu Sánchez debutó con el Atlético de Madrid en Liga en el Wanda Metropolitano frente a Osasuna. Su incorporación para reforzar un lateral izquierdo huérfano de efectivos en verano se paralizó con la marcha de Caio Henrique del Atlético de Madrid, que le otorgó al canterano rojiblanco la condición de lateral izquierdo suplente, por lo que la operación, que comenzó a ralentizarse, no llegó a buen puerto.

Sin embargo, su poca participación con el primer equipo colchonero, y la decisión de Simeone de alinear a Mario Hermoso o, incluso, a Saúl Ñíguez en esa demarcación, han sido aspectos determinantes para que la entidad madrileña no pusiera reparo a su marcha a préstamo en esta ventana invernal.

Este movimiento era el único previsto por una dirección deportiva que, como siempre suele comentar Braulio, está atento a cualquier “mirlo blanco” que pueda aparecer en el mercado. Un sustituto a contrarreloj. A menos de una semana de que finalizara el mercado, Raúl Navas decidió poner fin a su etapa en Osasuna una temporada y media después de su llegada, y rescindió un contrato que le unía con la entidad navarra hasta el próximo mes de junio para involucrarse con el Cartagena de Segunda División.

Un movimiento esperado ante la evidente falta de minutos del central andaluz, que no alteraba los planes de un Osasuna que se quedaba con Facu Roncaglia, Unai García, David García y Aridane como centrales puros, aunque Oier y Juan Cruz pudieran desempeñar esas funciones en ocasiones puntuales. No obstante, una desafortunada lesión de Facu Roncaglia en el partido de Copa del Rey ante el Almería, que le lleva a perderse el resto de campaña, unida a la baja temporal de Aridane, dejaba a Osasuna falto de efectivos en la zaga.

El club se puso manos a la obra para buscar el reemplazo del argentino, un sustituto que pudiera ocupar las posiciones de lateral derecho y central. El día previo al cierre del mercado se conoció el interés de Osasuna por hacerse con los servicios de Jonás Ramalho, defensa del Girona, y en las últimas horas también salió a escena el nombre de Roberto Rosales. Finalmente, pocas horas antes de que Osasuna jugase en el Benito Villamarín, la entidad navarra anunció la cesión de Ramalho hasta final de temporada, guardándose el club una opción de compra.