Fernando Mikelarena (Bera, 1962) y Víctor Moreno (Alesués-Villafranca) acaban de publicar el libro 'Osasuna 1936: golpistas, represaliados y franquismo', que se vende este domingo con DIARIO DE NOTICIAS. Un ensayo histórico, político y deportivo que analiza las primeras juntas de Osasuna, con los directivos que apoyaron el golpe de Estado de 1936 y aquellos que fueron duramente represaliados. Además, muestra la utilización del club por los golpistas como instrumento para impulsar su ideología.

“Hemos visto que, con anterioridad a 1936, ninguna junta directiva quiso llevar a cabo una apropiación identitaria o ideológica de Osasuna. Pero eso no se respeta a partir de julio de 1936, cuando los golpistas utilizaron a Osasuna para impulsar su discurso al ver que el fútbol era un elemento de sociabilización muy importante”, explica Fernando Mikelarena.

Los dos autores del libro han realizado una ardua labor de documentación en periódicos y archivos para acceder a una parte de la historia que consideran que Osasuna ha tratado de mantener oculta. “Osasuna como club no ha hablado nunca de forma clara de todos esos directivos y jugadores que fueron represaliados ni de ese intento de apropiación de Osasuna para fines ideológicos del nacionalcatolicismo navarro. El club, como ha ocurrido en gran parte de la sociedad navarra, ha tratado de ocultar lo que sucedió en esos años, tanto en lo referente a las víctimas como a los victimarios, o a las formas en las que se llevó a cabo la represión”, explica Fernando.

En este aspecto, Víctor Moreno añade que “el interés por la ocultación de estos nombres ha sido paralelo al desinterés que el poder político local ha mostrado por todos aquellos que fueron asesinados y represaliados, dentro y fuera de Navarra, en la Guerra Civil y en años posteriores”.

El club, apolítico hasta 1935

La obra intenta arrojar luz sobre los inicios de Osasuna en los que, curiosamente, convivieron directivos de izquierdas y de derechas. Víctor Moreno aclara que los fundadores del club no fueron ni comunistas, ni socialistas, ni republicanos. “Fueron, ya lo dijo uno de sus cronistas, Jokintxo, en su mayoría unos señoritos y algunos de ellos terminaron siendo abogados, periodistas, peritos agrícolas, dentistas y farmacéuticos. Nunca entre ellos hubo jamás un roce político. Los directivos hablaban con el lenguaje del fútbol, no con el de la política”.

El historiador navarro tampoco considera extraña esta convivencia entre dirigentes porque “al final, Osasuna era una Sociedad Deportiva. Hasta 1935, el club no estaba patrimonizado por ninguna ideología y había convivencia de los distintos sectores”, describe.

Pero todo cambia a partir de 1935, justo tras el primer ascenso de Osasuna a Primera División. “A finales de 1935, después de una campaña de descrédito contra Cayuela, llega una nueva junta en la que los elementos más importantes son ya de derechas, siendo uno de ellos Antonio Lizarza, un golpista conspicuo que había organizado todo el requeté navarro”, asegura Fernando.

“En 1936, la junta directiva de Osasuna, que en ningún caso se puede decir que fuera fascista, estaba en manos del mecenas Ambrosio Izu Balmori, respaldado por personas como Antonio Lizarza, Lazcano, Taberna y Archanco. Habían heredado un club recién subido a Primera División, con un entrenador emblemático, Emilio Urdíroz, hermano de Martín y de Filomeno, asesinado en 1936. Esta nueva directiva fue aplaudida y elogiada por toda la prensa, pues la inyección económica que el navarro-indiano Izu, nacido en Biurrun, había dado al club hacía presagiar que Osasuna se comería el mundo. Pero lo cierto es que esa temporada bajó a Segunda División”, completa su compañero Víctor.

El “secuestro” de Osasuna

Después del golpe de estado de 1936, los autores observan una utilización del club para impulsar la ideología franquista. “En el libro hay muchísimos testimonios que muestran cómo Osasuna se colocó absolutamente a favor del régimen franquista. Una de las cuestiones más importantes es cuando el Presidente de la Federación, del bando franquista, promete en 1937 que Osasuna, por méritos de guerra de los navarros, iba a tener el privilegio de permanecer en Primera pese a haber descendido en 1935/1936. A pesar de todas las promesas, eso no se cumple y, para mayor desgracia, Osasuna acaba bajando a Segunda tras un partido de promoción contra el Atlético Aviación”, recuerda Mikelarena.

Tras el golpe de 1936, la plantilla fue reclutada por el frente y muchos directivos de Osasuna acabaron duramente represaliados e incluso asesinados, sin que su relación con otros miembros del club lograra salvarlos. Fernando explica que, por entonces, Pamplona era una capital de unos 40.000 habitantes en la que se conocían todos y en la que hubo una limpieza política terrible.

“Haber sido miembros de la junta directiva del club no les exime de esa suerte fatal. Simplemente, no se les protegió porque los elementos golpistas estaban absolutamente radicalizados y veían en sus adversarios ideológicos a enemigos que había que extirpar fuera como fuera. Y así fue como en Navarra hubo más de 3.000 asesinados y muchísimos más encarcelados”, explica Fernando.

Por último, Víctor aclara que Bengaray, Cayuela o Cilveti no fueron asesinados por ser dirigentes de Osasuna, sino por ser republicanos. “Fueron políticos de izquierda, pero nunca directivos izquierdistas del club. Murieron de la misma manera que los 3.400 asesinados republicanos, socialistas, ugetistas, etcétera, asesinados en la retaguardia que ni siquiera era frente de guerra”.

El libro, el domingo con DIARIO DE NOTICIAS

El libro Osasuna 1936: golpistas, represaliados y franquismo se vende este domingo con DIARIO DE NOTICIAS a un precio de 14,95 euros, 13,95 para suscriptores. La obra, de la editorial Pamiela, consta de 384 páginas y 272 fotografías e ilustraciones en una gran labor de investigación de sus dos autores. Fernando Mikelarena (Bera, 1962) es Doctor en Historia, profesor en la Universidad de Zaragoza y autor de más de cien artículos sobre la Navarra de los siglos XVIII, XIX y XX. Por su parte, Víctor Moreno (Alesués-Villafranca) es Doctor en Filología Hispánica, profesor de literatura en el IES Padre Moret-Irubide y ha escrito más de una treintena de libros.