- Roberto Torres fue ayer el autor del tercer tanto de Osasuna, el de la tranquilidad. Marcó de penalti, algo que no es noticia, pues es el especialista del conjunto navarro. Sin embargo, el centrocampista necesitó dos intentos para anotar, al señalar el colegiado dos infracciones casi de forma consecutiva. En el primer lanzamiento, Jaume Domenech adivinó las intenciones del futbolista navarro y desvió el balón a córner, un saque de esquina que derivó en otra pena máxima que Torres no dudó en volver a ejecutar para, esta vez sí, establecer en el minuto 67 el 3-1 definitivo.

La jugada resultó de lo más rocambolesca, principalmente porque el primero de los dos penaltis consecutivos que señaló Melero López, el árbitro del partido, llegó de forma inesperada tras un remate de David García que solo desde el VAR observaron que fue desviado por la mano de Guillem Molina. El colegiado revisó la acción en el monitor y pitó penalti. Falló Torres, que atinó a continuación tras otra mano de Diakhaby que esta vez el trencilla sí apreció en directo. Fue así como el canterano se reencontró con el gol (no anotaba desde el 31 de diciembre ante el Alavés) en el día que volvió a ser titular (no lo era desde el 6 de marzo ante el Barça).