Nada tiene que ver una Liga en la que los marcadores buenos se logran fuera y en casa no, con otra en la que se cambian las tornas y la felicidad está en el hogar. Aunque la conclusión del torneo pueda ser la misma en ambos casos -se supone que la consecución del objetivo que sea-, no es comparable salir del estadio propio sin cumplir la expectativa, que henchido de satisfacción por un resultado jugoso con todos lo puntos logrados y guardados en el cajón, listos para que sean aumentados con nuevas sumas.

Por el momento, las dos caras de Osasuna en este inicio de temporada hablan de un equipo que ha logrado mejores marcadores como visitante que de local, aunque los matices del juego se entremezclen y convivan actuaciones meritorias sin premio y otras más grises con el triunfo como gran logro.

Después de dos partidos con todo a cero en El Sadar, ante Espanyol y Celta (0-0) y grandes instantes como para haber ganado a los dos primeros contrincantes del curso, en los dos siguientes compromisos, contra Valencia (1-4) y Betis (1-3) se desplomó el castillo. Siete goles en estos dos encuentros -cuatro en el cómputo total de partidos jugados como local- han colocado a Osasuna como el equipo más goleado en casa en este inicio de campeonato. Solo los guarismos del Alavés pueden considerarse peores si se tiene en cuenta que ha encajado los mismos goles, pero en un partido menos en su domicilio. Las dos derrotas ante valencianos y béticos han sido excesivas y quizás voluminosas y, en el caso de la última, además, los rojillos estuvieron en la pugna por los puntos hasta el final, porque los dos goles del Betis llegaron en los minutos 82 y 93, en el crepúsculo de la cita.

El rugido del viejo Sadar y su tradicional miedo escénico se está haciendo esperar en el nuevo recinto, aunque entre las reflexiones que surgen en estos dos encuentros con sendas derrotas quizás destaca que en el intercambio de golpes, en los momentos en que el partido se puso más abierto y menos controlado, el perdedor fue Osasuna. La calidad de sus rivales fue determinante y la emoción de la victoria pudo más que la matemática de la caja registradora, donde se hacen las sumas. En los cuatro partidos en El Sadar, Osasuna ha sumado tan solo dos puntos, los de los dos primeros empates.

Levante, Granada y Cádiz son los otros equipos que siguen a Osasuna y Alavés en el ránking de locales encajadores, con seis goles. El rival de los rojillos mañana, el Mallorca, por contra se está mostrando como un celoso guardián de su casa, ya que solo ha recibido un tanto en tres encuentros -el que le marcó el Betis en la primera jornada de Liga (1-1)-. Habrá que ver si semejante comportamiento es capaz de sostenerlo ante un contrincante corajudo como son los rojillos.

La temporada pasada, Osasuna encajó en El Sadar 23 goles en 19 partidos de Liga -marcó 21-, lo que se tradujo en siete victorias y cinco empates (26 puntos).

LA LIGA

Goles en contra en casa

Osasuna 7 en 4 partidos