Kike Barja Alfonso (Noáin, 1/4/1997) es un chaval de 24 años que acumula ya 16 en Osasuna, club en el que ingresó con 8, que hace escasas fechas renovó por el club navarro hasta 2026 (con una cláusula de 11 millones de euros) y que hace menos anotó su primer gol del curso. Concretamente, hace una semana. Fue el definitivo 2-0 contra el Cádiz en El Sadar, triunfo que puso fin a una racha rojilla de 10 jornadas sin conocer el triunfo en Liga, un auténtico respiro antes de afrontar ahora dos desplazamientos consecutivos (este miércoles a Vigo y el próximo domingo a Granada) antes de un nuevo parón por la disputa de partidos internacionales de selecciones.

De esto y de mucho más habla Barja, un canterano que se describe como un chaval normal, pero con un amor a Osasuna que rebasa muchos límites. "Cuando uno es de aquí, tiene la sensación de que debe dar más que el resto", admite, una de las muchas reflexiones que deja en esta entrevista, justo después de conocerse los positivos en covid-19 de David y Unai García.

Qué sinvivir esto del coronavirus...

-Estamos todo el día con esa incertidumbre. Intento esquivarlo, pero nunca se sabe y cada prueba que vas superando es una alegría para el cuerpo. Además, como los futbolistas pasamos tanto tiempo juntos, si uno da positivo, es posible que haya más contagios. Ese miedo siempre está ahí, pero no nos volvemos locos. Intentamos minizar riesgos, pero somos personas y tenemos nuestra vida, por lo que también nos podemos contagiar.

Es domingo y Osasuna no juega porque quedó apeado de la Copa al perder con el Girona (1-0). ¿Le da rabia?

-A todos nos da rabia porque es una competición ilusionante y es verdad que en la dinámica tan negativa en la que veníamos nos podía haber dado ese plus de confianza en caso de haber pasado, pero, al no haberlo conseguido, no hemos tenido partido este fin de semana, algo que nos hacía ilusión. En cualquier caso, estamos preparando el partido del miércoles contra el Celta en Vigo y lo cierto es que la Liga es nuestro objetivo principal.

Es un parón relativo.

-Sí, jugamos miércoles y domingo y al futbolista lo que le gusta es jugar. La competición es la salsa de este deporte. Tenemos dos partidos interesantes que tenemos que afrontar como un reto porque son fuera de casa, contra rivales que están en una buena dinámica, que pueden marcar un poco en qué punto estamos, cuál es nuestro nivel, y ver si podemos enganchar una dinámica positiva.

Con la victoria ante el Cádiz (2-0) pusieron fin a una racha de 10 jornadas de Liga sin ganar. ¿Supuso una liberación?

-Sí. Todos nos quitamos ese peso de encima que teníamos porque llevábamos muchas semanas sin ganar. Son días, semanas y meses que se te hacen cada vez más largos porque cuando llevas mucho tiempo sin ganar empiezan las inseguridades y esa pérdida de confianza te hace salir a jugar más nervioso. Nos estaba constando por eso, pero ganar te da otra vez esa confianza que necesitas para seguir, porque esto es una carrera de fondo para lograr la permanencia y todo lo que sea sumar de tres te da un impulso importante.

La temporada pasado estuvieron 13 jornadas sin ganar en Liga. ¿Les ha servido de algo esa experiencia?

-Lo que ocurre es que, a pesar de tener experiencias anteriores, cuando luego te encuentras en otra situación parecida, es muy díficil acertar, pero creo que, si algo tenemos que sacar en claro, es que la clave es entrenar, dar un paso adelante cuando no salen las cosas, dar ese plus en cuanto a esfuerzo, dedicación y compromiso y así se está más cerca de ganar.

Además de volver a ganar, ¿qué recuperó el equipo ante el Cádiz?

-Volvimos a ser Osasuna porque jugamos muchísimo en campo contrario, apretamos bien tras pérdida, no concedimos ocasiones, apretamos con la línea defensiva alta y ofesivamente generamos ocasiones como para ganar. Esa es un poco nuestra esencia y es lo que tenemos que hacer en casa. Está claro que el Cádiz tampoco venía en su mejor momento, pero nosotros estuvimos a un buen nivel. A lo mejor se juntó con que ellos no estuvieron bien, pero no debemos infravalorarnos. El equipo hizo un buen partido y volvimos a ser nosotros.

También destaca que Budimir marcó su primer gol en juego en lo que va de Liga, después de haber anotado de penalti contra el Elche.

-Parece que ha tardado mucho, pero hay que entender que ha pasado por una lesión y que el equipo tampoco estaba atravesando por su mejor momento. Muchas veces nos quedamos con que los delanteros no meten goles, pero la realidad es que el equipo o el resto de jugadores tenemos que darles facilidades y servirles buenos balones para que ellos puedan hacer gol. Cuando mejor juega el equipo, los delanteros tienen más posibilidades, y contra el Cádiz generamos mucho para que los delanteros pudieran hacer gol.

El 2-0 lo marcó usted con la cara. ¿Suerte o fe?

-Las dos cosas. Es una jugada embarullada en la que estamos tres jugadores en área rival, los dos delanteros y yo, algo que habla bien del equipo. Hay una serie de rechaces en los que estoy vivo e intuyendo donde puede caer el balón, llego un poco forzado, el portero está muy encima y no puedo hacer un remate claro, pero luego está esa suerte de que el rebote me da a mí y acaba dentro. Hay un poco de de creer en ese balón, de confiar en que puede caer ahí, en ir con todo y también esa suerte de que la pelota acaba dentro, que era lo más importante. Ese día daba igual cómo, pero la pelota tenía que acabar dentro de la portería rival y creo que fue importante ese 2-0 para encarrillar el partido y terminar con tranquilidad.

¿Qué le dijeron por marcar con la cara?

-(Risas) Me metieron caña los amigos y la gente del equipo, sobre todo porque el año pasado también metí un gol parecido contra el Alavés. Hubo bromas, pero la verdad es que me dio bastante igual porque lo importante era ganar y daba igual cómo. En casos así, lo acepto todo con buena cara.

La suerte, ¿se tiene o se busca?

-Siempre hay un porcentaje que se puede atribuir a la suerte, como en esos dos goles o en ciertos momentos en una trayectoria deportiva no tener lesiones o que un entrenador apueste por tí. Influyen muchos factores, pero al final uno tiene que dar todo lo que tenga. En mi caso siempre he intentado esforzarme al máximo, dar lo mejor de mí e intentar reponerme de lesiones o situaciones en las que no me ha tocado jugar y, cuando tienes la paciencia y la perseverancia que creo que he tenido a lo largo de estos años, al final siempre tienes suerte, aunque hay que buscarla con trabajo, trabajo y trabajo. Es lo que yo he intentado para luego tener esa pizca de suerte que hace falta para llegar al fútbol profesional, para meter un gol, para jugar...

Pero no todo ha sido buena suerte en su carrera profesional...

-También he vivido esos momentos más duros o difíciles de estar sin jugar durante mucho tiempo por lesiones, inconvenientes o momentos en que otro compañero está mejor y juega él, pero creo que es algo que le puede pasar a cualquiera y, si estamos en el fútbol profesional, es porque somos capaces de darle la vuelta a esto.

Hablemos ahora del equipo. ¿Cómo valora que Osasuna haya sumado 25 puntos en 20 jornadas?

-Es un buen balance. Vamos sobre el horario previsto porque nuestro objetivo es la permanencia. Tuvimos un inicio muy bueno en cuanto a puntos y luego hemos tenido una mala racha en la que nos ha costado ganar, pero el balance general es positivo porque estamos donde hubiéramos firmado estar al principio de temporada. Pese a todo, tenemos que ser conscientes de que con 25 puntos nadie se ha salvado hasta la fecha y tenemos que seguir sumando para salvarnos. Tener estos puntos nos da confianza y ese margen para afrontar los partidos con confianza, pero no nos podemos relajar porque hemos pasado una dinámica muy dura y no queremos volver a estar ahí.

¿Se generaron expectativas demasiado altas en el entorno del equipo por el buen inicio de temporada?

-Tal vez, pero nosotros, en el vestuario, éramos los primeros que sabíamos que nuestro objetivo seguía siendo la permanencia, no pensábamos en otra cosa. Es verdad que al final ganas, empiezas muy bien y se generan unas expectativas altas. Y en parte todos entendemos que el aficionado quiere ver algún día a su equipo jugar en competiciones europeas o lo más arriba posible en la clasificación, pero la gente no es tan consciente de la realidad como nosotros, que sabemos cómo es el fútbol y hemos vivido las dos caras en la misma temporada, pasando de una dinámica muy positiva en la que con más o menos fortuna sacas muchos puntos y al revés, que con menos fortuna te pasas un montón de jornadas sin ganar. Y como somos conscientes de que el fútbol es una montaña rusa, no teníamos esas expectativas de otra cosa que no fuera la salvación. Pero puedo entender el entusiasmo de la afición. Además, los puntos del principio te dan un margen que ahora nos ha ayudado a seguir fuera del descenso en estas diez jornadas sin ganar.

En lo personal, recientemente renovó hasta 2026. ¿Hubo opciones de firmar un contrato más largo, como el de Moncayola hasta 2031?

-No, de hecho al principio me ofrecieron firmar hasta 2025, pero me gustaba la idea de un año más porque te da esa tranquilidad y esa seguridad de tener claro que vas a estar aquí mucho tiempo y en ese sentido el club hizo el esfuerzo. Lo digo porque es algo que a mí me hacía ilusión y estoy superagradecido por el esfuerzo del club. No había idea de una renovación tan larga como la de Monca, que fue algo especial porque ha sido un jugador que tenía equipos detrás y el club quería hacer algo especial, y si se ha hecho algo así es porque se lo merecía y porque es un jugador que se lo ha ganado en el campo.

Destaca su agradecimiento al club. ¿Y a la afición?

-El otro día contra el Cádiz, después de 10 jornadas seguidas sin ganar, del partido contra el Athletic, en el que perdimos (1-3) y las sensaciones no fueron buenas, y de caer en Copa contra el Girona (1-0), nos dio esa confianza que el equipo no tenía en forma de animar y de empujar. Estamos súper agradecidos porque el otro día fueron claves para conseguir la victoria. Te pegas 10 jornadas sin ganar y te reciben como si fuéramos primeros.

Lástima que hasta febrero no vuelve a haber partido en El Sadar...

-Ojalá jugáramos en casa antes del próximo parón para intentar que ese impulso de ganar al Cádiz se alargara con otra victoria, pero jugar dos partidos seguidos fuera es un reto y una oportunidad para demostrar que podemos estar al nivel de antes.

Como jugador y aficionados de Osasuna, ¿quién es su ídolo?

-Es difícil quedarse con uno, pero Patxi Puñal es un referente. Es un emblema del club, el jugador con más partidos, casi todos en Primera, algo complicadísimo y admirable, pero a mí me han tocado más de cerca Rober (Torres) y Oier. He crecido con ellos, me han acompañado en mis inicios, son historia viva de Osasuna y me gustaría hacer una carrera como las suyas.

Y en eso anda...

-Van pasando los años, los roles van cambiando y empiezas a entender lo que es el fútbol profesional. Cuando estás empezando, tienes esa ilusión y esa adrenalina de jugar y no piensas en nada más, ni en lo que rodea al fútbol, ni en el vestuario, ni en las dinámicas, ni en lo importante que es para el club maneternese en Primera, ni en la presión externa. Yo ya he pasado ese proceso que ahora están empezando a vivir jugadores como Javi Martínez, Iker Benito, Unai Dufur o Aimar (Oroz), mientras que gente como yo, Monca, David o Unai tenemos que empezar a aprender a gestionar todo eso que rodea a un club de fútbol.

Cita a Iker Benito y a Unai Dufur, que están en la dinámica del primer equipo y se han colado en las últimas convocatorias, pero que aún no han debutado. ¿Qué consejo les daría?

-Es positivo que ellos vivan desde dentro lo que hay. Por ejemplo, les va a venir bien ver cómo cómo afrontamos el partido contra el Cádiz, cómo lo sacamos adelante y cómo lo celebramos como si hubierámos ganado algo. También el día a día les va a hacer mejores. Y cuando bajen al Promesas deben demostrar a los demás que están arriba por algo. Tenemos que cuidarles porque necesitamos que la cantera siga nutriendo de futbolistas al primer equipo. Se ve que tienen el nivel y, aunque no he hablado directamente con ellos, solo les puedo decir que tengan paciencia, que entiendan que en el fútbol profesional puede haber momentos en los que merezcan jugar y no lo hagan, pero que a veces te llega la oportunidad en el momento que menos te lo esperas, como me pasó a mí, que debuté y ya no volví al Promesas.

Para terminar, ¿qué le pide a 2022?

-En lo fútbolistico, que consigamos manenter al equipo un año más en Primera. Y en lo personal, que se acabe cuanto antes esta situación sanitaria para que podamos disfrutar juntos y sin miedo de las cosas que nos gustan.