En esto del fútbol cada vez se prodiga más lo de fijarse en las estadísticas, los números, las asistencias y demás. Pero también se comienza a contabilizar lo demás, lo que siempre se ha llamado trabajo oscuro cada vez está más iluminado. Pues en esos parámetros tienen que estar muy arriba los delanteros de Osasuna. Y son, en parte, culpables de la mejoría del equipo.

Llámalo Budimir, Chimy Ávila o Kike García. El trabajo que están realizando todos ellos está siendo clave para el cambio del equipo. Para la mejora de sensaciones. El argentino, tirado a la banda está siendo un espectáculo de trabajo y ayuda al lateral. En Vallecas ayudó a Nacho para cerrar la banda de los locales, que es uno de sus mejores cauces de peligro de los madrileños.

Lo mismo Budimir.De hecho, de su trabajo en la presión y en los balones divididos llegó el primer gol rojillo. Primero, suyo, y luego del argentino arriba mencionado, que luchó por un balón por el que muchos no harían gran esfuerzo y colocó un pase de la muerte para Moncayola, que no perdonó.

El segundo gol también tiene muchas lecturas positivas. Especialmente el que Rubén rompe su mala racha y se quita un poco de esa presión por marcar que le perseguía. Además lo hizo con un gran disparo (dejamos a la decisión de cada lector si el portero local pudo hacer algo más, pero a la escuadra, iba).

Y es que con el trabajo de los delanteros, la presión es mucho más ordenada, especialmente con un centro del campo lleno de bestias físicas como tiene Osasuna, que ayuda a empujar al equipo hacia delante.

El último delantero de Osasuna, además del joven Barbero, es Kike García. Salió para intentar ayudar a contener al rival con 0-2 y supo aprovecharse de la ambición del equipo para marcar su golito.

Y ambición que va desde Arrasate, que no pierde el tiempo en dar el balón a Oier para que saque. El capitán busca la llegada de Javi Martínez que le deja solo a un Kike que no había parado de correr. A la cazuela. 32 puntos, a ocho del objetivo principal. Lo que venga después ya se verá, pero lo primero es lo primero.

Y para está siendo fundamental el trabajo que están realizando los de arriba. Ese papel oscuro antiguo pero que, ahora, está bajo los focos y brilla tanto o más que otros.