Cuando un equipo no consigue sus objetivos en un partido o en una temporada o simplemente atraviesa una mala racha, se suele recurrir al tema de que le falta garra o directamente testiculina. Osasuna no se libra de eso tampoco, pero la verdad es que a este equipo se le pueden achacar cosas, pero no que no le ponga ganas en cada encuentro que disputa. El problema es otro.

Como el día del Atlético de Madrid, Osasuna no se vio superado por el rival, ni mucho menos, pero tampoco dejó una sensación de crear verdadero peligro. Sí, pequeñas escaramuzas y llegadas sin verdadero peligro y una barbaridad de centros laterales con más ventaja para la defensa que otra cosa.

Ante un equipo dolido, con dudas, y muchos cambios tal vez la idea tenía que haber sido la de ir a por ellos para acrecentar esos nervios, pero Osasuna optó más por la opción de madurar el partido para luego dar el golpe más cerca del final.

Por desgracia fue al revés. Una jugada embarullada dentro del área le cayó a Elustondo y dejó a Osasuna con el plan A por los suelos.

Entonces aparecieron ciertas prisas y el bombardeo al área sin mucho sentido. Justo eso, sentido, fue lo que le puso Javi Martínez al centro del campo en los momentos más nerviosos del partido. Claramente el canterano no es el prototipo de centrocampista físico como los que poblan el centro del campo rojillo, pero parece una variante muy útil para partidos dónde tienes que llevar la manija e ir a por el contrario desde el principio, como parecía que podía ser lo del Reale Arena.

Osasuna quiso trampear a la Real y al final el atrapado fue él. Como el día del Atlético. Cuidado con las falsas ilusiones de pensar que han sido dos encuentros con "mala suerte". Más bien el rival le ha comido la tostada al equipo y Osasuna no ha creado apenas peligro.

Y no, no se habría solucionado con más testiculina. A veces hay que buscar otras soluciones y, sobre todo, no caer en la trampa del rival.

P.D: La Real, con problemas de lesiones infinitos, apostó por dos chavales en el once. Prueba clara de que, ante dificultades, mejor cantera que llenar la plantilla de jugadores que no aporten.