La situación clasificatoria de Osasuna da lugar a ciertos dispendios poco habituales a estas alturas del curso. Y es que, por mucho que Osasuna se juegue el honor, acabar uno o dos puestos más arriba o abajo, o lo que sea, es entendible que, por muy profesionales que sean, los jugadores rojillos no sientan esa necesidad de sumar imperiosamente, algo que, por estar arriba o abajo, sí que sienten los rivales que están en esa situación.

Los partidos de Osasuna, de aquí al final, seguramente sean una incógnita. Habrá unos buenos y otros más parecidos al del Villamarín, más tirando a ser irregulares.

Por mucho que se quiera, un jugador no puede estar igual de motivado cuando tiene un objetivo plausible a cuando ya lo ha cumplido y lleva un año lleno de tensión.

Osasuna tuvo un rato bueno a raíz del gol que se sacó de la nada Budimir. Incluso empató el mismo croata en ese rato en el que los rojillos recuperaron cierta vigorosidad y tuvieron opciones reales de empatar el encuentro.

Que conste en acta que mejor estar así que sufriendo como andan otros o le ha tocado a este equipo hace no mucho. Pero metidos en harina, los rojillos van a tener que buscarse algo que les genere esas cosquillas en el estómago que da la competición cuando hay algo en juego. De esta manera podrán ser más regulares de cara al futuro más próximo.

Mientras tanto, habrá que ver qué intenciones maneja Arrasate. En Sevilla ya dejó claro con la alineación que, de inicio, probaturas las justas. Además, para los partidos de casa se prevé que el asunto será parecida para intentar dar alegrías a la afición. Por otra parte está la situación de los canteranos como Iker Benito. Osasuna se encuentra ante una diatriba: o darles minutos en Primera para que se vayan aclimatando o apostar por intentar el ascenso a Primera RFEF y dejarles centrados en ellos. Una decisión que incluso transciende al cuerpo técnico. Una pena la lesión de Areso, que ese sí que tendría una buena oportunidad de ganar minutos en la máxima categoría.

La semana que viene derbi en casa a la hora de la comida. Suficiente motivación ante un rival que vendrá con necesidades imperiosas de puntos. Osasuna no la tiene, pero tendrán que conseguir notar esas cosquillas para poder competir el domingo y el resto de la temporada.