Estuvo bien que hace poco más de una semana, en las bambalinas del partido entre Osasuna y Real Madrid en El Sadar, el director general de Osasuna, Fran Canal, expusiera un mensaje claro, conciso y televisado en programación de máxima audiencia ante la pregunta sobre la situación de David García y Jon Moncayola: “Tienen contratos de larga duración y solo saldrán del club por su cláusula; si no, no saldrán”. Es decir, por el central y por el centrocampista, con contratos hasta junio de 2026 y 2031, habrá que depositar 20 y 22 millones de euros, respectivamente, para contar con sus servicios -en el caso de Moncayola, su cláusula baja a 20 millones a partir de 2023-.

Las palabras de Canal, con el valor de una declaración institucional del club en toda regla, son la tarjeta de presentación de los dos canteranos en el mercado de fichajes, el periodo de contrataciones que comenzará más a moverse en menos de un mes, cuando termine la temporada regular y los clubes afronten la planificación del próximo curso. Una campaña inédita en cuanto a fechas porque la celebración del Mundial de Qatar, del 21 de noviembre al 18 de diciembre, parte la competición y todos los equipos van a querer adelantar trabajo en las 14 jornadas que se disputarán antes del largo parón.

Alrededor de David García y Jon Moncayola hay instalada una rica rumorología acerca del interés de un nutrido grupo de equipos por hacerse con sus servicios. Un aparente numeroso pelotón de clubes -en el caso del primero, el rojillo de moda de esta temporada, que va desde el Atlético, al Sevilla, pasando por Betis y Villarreal- que tienen un camino sencillo y expedito a la hora de incorporar a cualquiera de los dos jugadores a sus planteles, previo pago de lo contractualmente estipulado. Con la advertencia pública del director general, hay mucho trabajo adelantado para este tradicionalmente convulso periodo de fichajes.

Aunque en una situación distinta en cuanto relevancia para un equipo de cantera, el club también quiere situar a Lucas Torró en el estatus de cotización de otro jugador destacado en el campeonato. El centrocampista tiene contrato hasta junio de 2024 y una cláusula de rescisión de 10 millones de euros. Osasuna se hizo con sus servicios en agosto de 2020 previo pago de dos millones de euros al Eintracht de Frankfurt. El club alemán se reserva el 30% de la plusvalía de una hipotética venta futura.

Osasuna ya anunció hace tiempo -el 16 de marzo pasado- que el siguiente futbolista que entraba en los planes del club para la ampliación del contrato era Torró. “Lucas está haciendo una buena temporada y la verdad que es un jugador que llama la atención. Le quedan dos años más de contrato. Cuando estuvo en Alemania jugando, fue él quien quiso volver a casa, a Osasuna, porque así lo considera. Con el rendimiento que está dando, podemos plantearnos una renovación”, dijo entonces el director deportivo, Braulio. Ahora, Osasuna ya está dando sus pasos para que se plasme este interés conocido y anunciado en su momento. El jugador y sus representantes tienen buena sintonía con el club y existe predisposición para que se plasme un nuevo acuerdo de una forma rápida, a lo largo de este mes... Si no hay interferencias.

Torró mantiene su mercado en la Liga, donde el Sevilla es señalado como el club más interesado por hacerse con sus servicios, pero también en el extranjero. Osasuna quiere que el jugador se quede, porque su rendimiento lo certifica como uno de los imprescindibles de las alineaciones, y que si se plantea una salida sea en unas condiciones ventajosas -cláusula más alta- también para el club. Torró ha manifestado que en Pamplona y en Osasuna se encuentra feliz. Pero el Sevilla acecha.

El interés por Torró. El club ya ha hecho llegar al centrocampista sus intenciones de renovación. Su contrato concluye en 2024 y su cláusula de rescisión se sitúa en diez millones de euros. El 30% de una hipotética operación de salida es para el Eintracht.

El Sevilla acecha. El conjunto andaluz tiene al centrocampista en su lista de futuribles para el próximo curso. Su precio de fichaje parece asequible.

O cláusula o nada. El director general de Osasuna realizó toda una declaración institucional el día del partido ante el Real Madrid al dejar claro que la marcha de David García y Jon Moncayola solo se ejecutará bajo pago de la cláusula. Es decir: 20 y 22 millones de euros respectivamente.