Poco más de diez meses después de su creación, Osasuna Fútsal ha conseguido el ascenso a Segunda División. 20 jornadas, un play off y una última eliminatoria ha sido el recorrido del equipo dirigido por Javier Viedma, que quiere "agradecer a las chicas, a mi cuerpo, presidente, director, Mai Garde y afición de Pamplona y Navarra que nos ha apoyado durante toda la temporada".

En frío, ¿cómo se encuentra?

-Muy contento. Ahora toca asimilar todo esto porque esto, como proyecto, es el primer año que iniciamos este proyecto, con unos objetivos y desde gestionar al grupo, el modelo de trabajo hasta esta consecución hay nueve meses de trabajo duros y valorando todo lo que hemos conseguido para Osasuna, Pamplona y Navarra.

Un sábado de emociones, ¿cómo fue el día?

-El sábado lo viví tranquilo hasta el comienzo del partido, pero luego sí que tenía esa sensación especial de que todo lo que habías trabajado te la jugabas a ese partido. Había sensaciones de nervios, de intentar llevar y temporizar bien el partido para llevarlo a nuestro terreno. Creo que luego el partido lo trabajamos muy bien en la primera parte, con mucha intensidad. Y luego en la segunda parte, cuando nos meten el 2-1, nos entran muchas dudas, empiezan los nervios, y fue cuando el equipo rival nos empezó a hundir. Recuperamos nuestro ritmo de partido y tuvimos la mala suerte de que a falta de cuatro minutos, con cinco faltas, ese doble penalti nos castigó y nos lastró. Nos metimos en una prórroga de mucha emoción y de tensión, sabíamos que el que metiera se iba a llevar el partido y que a nosotras nos valía el empate por tener mejor coeficiente.

Como entrenador, ¿costó más gestionar el aspecto emocional o el deportivo?

-Sí, porque al final en lo deportivo lo que es el juego, la técnica, la táctica o cómo juega el rival ya lo tienes trabajo. Pero el aspecto emocional, de transmitir esa confianza, de que no estén nerviosas... era la función principal del partido.

¿Con qué mensaje arengó a las jugadoras?

-Mi último mensaje era que lo dieran todo, que habíamos trabajado todo durante nueve meses y era el día de demostrar que podíamos darlo todo y que todo lo que estuviera en nuestra mano lo íbamos a dar.

¿Qué sintió al acabar el partido?

-Cuando acabó el partido me pasaron muchas cosas por la cabeza. Me alegré muchísimo por las chicas, por Osasuna, pero ese sentimiento que tenía de querer darles eso fue la mayor satisfacción para mí y cuando acabó el partido di gracias por haber cumplido el objetivo, porque era el primer año y un año de trabajar en todos los aspectos. Y cuando ves que te sale todo es una satisfacción muy grande, y poder dar esta alegría lo es todo.

¿Qué supone el ascenso para un equipo creado esta campaña?

-Cuando apuestas por un proyecto y consigues el objetivo en la primera temporada es muy importante. Es una apuesta realizada y el club se tiene que sentir orgulloso.

¿Cómo nace el proyecto Osasuna Fútsal?

-Se ponen en contacto conmigo hablando con Tito Iribarren y sale la oportunidad de dirigir a este equipo. Las jugadoras, desgraciadamente, venían de un descenso. Osasuna Orvina la temporada pasada estaba en plata y descendió. Se decidió sacar el proyecto con ellas y Tito Iribarren, César Muniáin y Mai Garde contaron conmigo. Conocía la división porque ya había estado con el senior del Orvina antes. Me pareció un reto personal importante el mero hecho de poder ofrecer todo lo que yo pudiera hacer para conseguir el objetivo y creo que ha salido muy bien. Pero ha sido un año de duro trabajo a nivel de gestión, porque tienes que conocer a las jugadoras, hacerte a ellas y luego el modelo de juego frente a la división que tienes delante.

En ese sentido entiendo que fue sencilla la adaptación entre las jugadoras

-Sí. Ellas se conocían del año pasado y soy yo el que tengo que tratar de conocerlas y que ellas me conozcan a mí y tener esa simbiosis de transmisión, que ha sido muy bueno y les doy las gracias por la colaboración, el respeto y el tratar de aportar todo de manera constructiva para sacarlo adelante.

¿Era el ascenso el objetivo marcado?

-Sí. Me acuerdo de la primera reunión que tuvimos en la que César Muniáin dijo que el objetivo era subir a plata. Y yo tengo varios micro objetivos para llegar a ese objetivo final. Uno de ellos, que es un pilar en toda gestión de entrenador es que siempre se vayan contentas de un entrenamiento, de esa gestión de colaboración de la simbiosis entre entrenador y jugadora. Luego está el modelo de juego que quieras aplicar, la técnica y la táctica, aspectos que se han ido trabajando durante este tiempo, porque no se asciende a Segunda si no eres campeón de Navarra, que era otro objetivo, porque en esta liga tienes que hacerlo muy bien. En esta liga tienes que jugar 20 partidos y, si los ganas, no asciendes. Tienes que jugar el play off y un error te puede dejar fuera.

¿Cómo ha sido el balance de temporada? ¿Dónde han estado las claves?

-Las claves han estado en la gestión grupal, porque las chicas estaban contentas e ilusionadas. Luego en el trabajo realizado.

¿Qué supone, para el fútbol sala femenino en Navarra, que junto con el Txantrea haya un nuevo referente en esa Segunda División?

-Para mí es muy importante para el fútbol sala femenino que haya otro equipo de referencia, porque pienso que de cara a todo esto que se está moviendo en el fútbol sala femenino -Txantrea, Osasuna, Orvina...- es una cosa muy positiva que haya otro equipo navarro que sea también referente.