Rubén Peña se perderá el próximo partido de Liga ante su exequipo, el Villarreal, pero el futbolista rojillo afronta una sanción mayor. La redacción del acta arbitral no coloca al jugador de Osasuna en la mejor situación ya que Ortiz Arias escribió que Peña fue expulsado por “ser culpable de conducta violenta, consistente en dar una patada a un adversario en su espalda con el juego detenido y sin opción de jugar el balón”.

El Código Disciplinario en su artículo 121 relativo a las expulsiones directas señala que éstas se castigarán durante al menos un partido de suspensión. Pero en otro apartado del artículo se expone que “en aquellos casos en que la expulsión del terreno de juego se deba a situaciones en que el/la futbolista no hubiera tenido posibilidad de disputar el balón, la suspensión será de al menos, dos partidos”.

La suspensión a Rubén Peña también podría ascender a tres encuentros, siempre en función del grado de violencia en la reacción del jugador que entienda el Comité de Competición. En este sentido, al artículo 130 relativo a la violencia en el juego se dice que “producirse de manera violenta con ocasión del juego o como consecuencia directa de algún lance del mismo, siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas, se sancionará con suspensión de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes.”

Pero además especifica en aquellas situaciones donde el balón no está disputa. Y en este caso la redacción literal es que “si la acción descrita en el párrafo anterior se produjera al margen del juego, no estando en posibilidad de disputar el balón o el juego detenido, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos”. Osasuna estará atento hasta donde llega la gravedad de la consideración de la acción de Rubén Peña. Los tres próximos partidos son ante Villarreal, Espanyol y Girona.